Yina Calderón es salvaje, impetuosa. La chica mala del barrio. Por eso sus seguidores le piden más excesos, más fiestas en piscina sin importar la pandemia. Es completamente irresponsable, pero vive al límite. Por eso, Yina se cree la Amy Winehouse colombiana y por eso mismo se la tatuó en uno de sus brazos. En Instagram publicó el proceso:
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