¿Las redes sociales son un acercamiento positivo hacia el autocuidado o están generando más presión en adolescentes?
El interés de las jóvenes por la belleza no es nada nuevo. Después de todo, la adolescencia es una etapa para formar la identidad y definir la manera en la que quieren presentarse al mundo, en la que el maquillaje y el cuidado de la piel se convierten en formas clave de autoexpresión y experimentación.
Sin embargo, lo que antes se limitaba a la compra de un polvo o rubor ha evolucionado, bajo la influencia de las rutinas de “skincare”, los “Get Ready With Me” y los “unboxing”, tendencia populares en TikTok, hacia la adquisición de productos con principios activos no aptos para pieles tan jóvenes.
En Estados Unidos, este fenómeno recibe el nombre de “Sephora Kids”, vinculando a niñas menores de 15 años con tiendas especializadas en el cuidado de la piel y maquillaje. En videos que alcanzan cientos de miles de me gustas y millones de vistas, se observa a estas niñas recorriendo los pasillos de estos almacenes en busca de cremas hidratantes, mascarillas, sérums, e incluso cremas antiedad.
La combinación de las redes sociales y la industria cosmética ha dado lugar a lo que los dermatólogos empiezan a llamar “Cosmeticorexia”. La doctora Martha Viera señala que: “este término se refiere a la obsesión y compra compulsiva de productos estéticos sobre todo en los adolescentes entre 10 a 16 años”.
Entre los productos más usados o más deseados se encuentran maquillaje como polvos, contornos e iluminadores; productos de cuidado como serums, mascarillas, cremas para el acné o las arrugas, así como protectores solares, exfoliantes, y jabones, según explica el dermatólogo Alejandro Lobato.
Los dermatólogos han notado un aumento en el número de consultas de menores de 15 años que quieren implementar o ya están implementando una rutina de cuidado. La doctora Ana Lucía Molina comenta: “Antes no tenía consultas por estos motivos y ahora puedo estar atendiendo a cinco niñas desde los 9 años semanalmente por esto. Y, desafortunadamente, muchos consultan con afecciones en la piel”.
Una piel en desarrollo no necesita una rutina de cuidado con productos especializados tanto en la mañana como en la noche. El uso inadecuado de estos puede causar irritaciones, alergias, hinchazón, resequedad, e incluso agravar una condición dermatológica preexistente.
No hay que considerarlo un juego más de los niños. Identificar cuando un niño juega es fácil, porque termina y vuelve a su rol habitual. Pero con las Sephora Kids vemos a niñas compartiendo rutinas para el colegio o para salir con sus papás.
En Suecia, para contrarrestar el uso prematuro de productos para el cuidado de la piel, la cadena de farmacias Apotek Hjärtat ha limitado la compra de productos que contienen ácido cítrico, ácido glicólico, ácido salicílico, vitamina A y C a menores de 15 años. Para poder adquirirlos deben tener el consentimiento de los padres o un certificado médico que justifique su uso.
Esta obsesión plantea reflexiones que debemos hacer como sociedad sobre los modelos de belleza, el concepto de autocuidado y el consumo de redes sociales desde temprana edad. Según la profesora Carolina Morales, de la Facultad de Psicología de la Universidad Javeriana, “las niñas se vuelven generadoras de contenido bajo la idea de qué están participando en una discusión social al tiempo que se están cuidando, porque está la premisa de que hay que cuidarnos”.
Si la relación con el cuerpo y la imagen es compleja para las mujeres adultas, ahora ¿qué tal para una niña? Desde la ONG Red Papaz advierten que esto puede agravarse en poblaciones afro o indígenas, porque las niñas no se sienten representadas en esos ideales de belleza, lo que puede generar conflictos internos.
Las redes están omnipresentes en nuestras vidas y la responsabilidad en el cuidado y la protección de los niños y adolescentes es de todos. Desde conversaciones en casa sobre la importancia del autocuidado, que va más allá de la apariencia externa y que no es algo de consumo y excesiva preocupación.
Es natural que las niñas traten de imitar a las mujeres adultas como forma de buscar referentes y modelos a seguir, pero no deben buscar ser la adulta perfecta, en el mundo real cada mujer es una belleza diferente. Una rutina de belleza debe estar guiada por motivos placenteros como relajarnos mientras nos arreglamos y no por motivos de inseguridades o dependencias.
Nota: Este artículo fue desarrollado con la asistencia de inteligencia artificial. Se utilizó la herramienta de procesamiento de lenguaje natural ChatGPT para ayudar en la estructuración del contenido, revisión del texto y redacción de conclusiones.
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