Tras una sanción histórica por un contrato irregular, el Club Militar se transforma en símbolo de legalidad, honor y servicio a la familia militar.
El Club Militar de Oficiales es, desde hace décadas, un espacio simbólico para los hombres y mujeres que han servido al país en las Fuerzas Militares y en la policía nacional. Un lugar que representa descanso, solemnidad y pertenencia. Un remanso de paz para quienes han enfrentado la guerra todos los días de su vida.
Sin embargo, un capítulo contractual firmado en 2016 afectó esa imagen y desencadenó consecuencias jurídicas, disciplinarias y fiscales que, aún hoy, son objeto de atención en la justicia. Se trata del Contrato No. 050, suscrito en febrero de ese año por el entonces director del Club, Gral (RA) Jaime Esguerra Santos, con la sociedad Ammon Agri S.A.S..
Aquel acuerdo, destinado a “prestar servicios logísticos” para la operación de cocinas, fue objeto de un fallo disciplinario de segunda instancia proferido por la Procuraduría General de la Nación el pasado 21 de febrero de 2025, en el que se estableció que fue celebrado sin certificado de disponibilidad presupuestal, sin registro presupuestal y sin autorización del CONFIS para comprometer vigencias futuras.
El fallo, contenido en el expediente IUS-E-2016-326617 / IUC-D-2017-973223, concluyó que dichas actuaciones constituyeron dos faltas disciplinarias, una de ellas gravísima, ambas cometidas a título de culpa gravísima, razón por la cual se impuso al General (Ra) Esguerra la sanción de destitución e inhabilidad por diez (10) años.
Paralelamente, la Fiscalía 212 Delegada contra la Administración Pública adelanta proceso penal por estos mismos hechos, actualmente en etapa de juzgamiento ante el Juzgado 16 Penal del Circuito de Bogotá. En dicho proceso, el Club Militar actúa como víctima institucional, y seguramente solicitará la valoración del fallo disciplinario como prueba documental pública, por cuanto acredita hechos coincidentes con los que hoy se juzgan penalmente.
No obstante, mientras las instituciones del Estado investigan y sancionan, la empresa contratista Ammon Agri S.A.S. ha presentado una demanda ejecutiva contra el Club por más de $6.000 millones, con base en el acta de liquidación del contrato y en facturas que, carecerían de respaldo contractual válido y que además contienen valores relacionados con hechos ajenos al objeto contratado, incluyendo facturas ya negociadas con terceros, sobrecostos y conceptos sin selección previa.
Lejos de ceder, el Club ha enfrentado estos procesos con seriedad institucional y defensa jurídica activa. Y lo ha hecho dentro de una historia mayor: la de su propia transformación.
Desde la pandemia, tras la salida del entonces director sancionado, el Club Militar ha vivido una profunda transformación administrativa y estructural, orientada a fortalecer su legalidad, modernizar sus instalaciones y proteger el patrimonio público.
Ese proceso alcanzó su plenitud con la llegada del General (RA) José Henry Pinto en agosto de 2024, quien ha liderado una gestión ejemplar en eficiencia, legalidad y ejecución de obras emblemáticas. Entre ellas, la reinauguración del Salón Honorum, considerado hoy el salón más imponente y elegante de Bogotá, fue culminada bajo su dirección, como homenaje al honor de los veteranos y activos que dan su vida a esa institución.
Si hay algo que enseña esta historia, no es que el delito no paga, sino que el honor no se hereda: se construye y se cuida.
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