Opinión

9 de abril: las víctimas en el centro de todos los esfuerzos de paz

En el proceso de cierre de los ciclos de violencia lo más importante son las víctimas. Debemos asegurar para ellas verdad, justicia, reparación y no repetición

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abril 09, 2025
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El cierre de los ciclos de violencia necesita crear los tejidos destruidos, para evitar que las generaciones futuras repitan el dolor, los odios y las acciones criminales. En ese proceso, lo más importante, por lejos, son las víctimas.  Es necesario construir para ellas sobre lo construido.  Debemos asegurar verdad, justicia, reparación y no repetición.

Justicia:  Ya es hora de concretar las sanciones ejemplarizantes que garanticen la no repetición, y una verdad completa frente a los intereses que llevaron a cometer y atentar contra la población civil, para que, finalmente, las acciones crezcan la reconciliación de nuestros territorios.

Representación: Colombia avanzó mucho.  El 6 de octubre de 2021 se conmemoraron los 200 años de la Constituición Política de la Gran Colombia.  Ese día se firmó el decreto que reglamenta las curules que tendrán las víctimas en el Congreso durante 8 años. Llevamos décadas fortaleciendo el trabajo que hemos hecho con las organizaciones en las cuales están las personas afectadas por las acciones criminales, las Mesas.

Necesitamos más.  Es crítico que se siga depurando su vocería y que los 10 millones de colombianos que deben estar representados, se sientan así.

Vocería efectiva:  Un ejemplo de diálogo lo vimos durante las manifestaciones de 2021.  Las solicitudes de las victimas iban mucho más allá de lo previsto en el Acuerdo de Paz. Pero, igual, en el Gobierno las atendimos y les dimos pronta respuesta. En menos de 10 días llegamos a acuerdos y comenzamos a desarrollar las acciones correspondientes.

Gracias al apoyo que conseguimos en el Fondo de multidonantes, la Procuraduría y 2 de grupos liderados por colombianos excepcionales, se tuvieron recursos para la verificación de hechos relevantes a la JEP y para la identificación y visibilización de quienes eran las víctimas de la violencia siendo niños.

Marco legal y regulatorio adecuado:  Analizamos la ley de Víctimas, su contenido, su aplicación y los resultados desde 2011. Apoyamos el proyecto en el Congreso de la República y logramos ampliar la vigencia de la norma hasta el 2031. Reglamentamos y depuramos los procedimientos que venían aplicando la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y la Unidad de Restitución de Tierras.

Reparación integral y colectivas:  Con la Ley de Víctimas y dos CONPES, dejamos cimentado un sistema integral. El proceso implica indemnización monetaria, la restitución de bienes o medidas de satisfacción y rehabilitación. Se prevé reparación en términos de vivienda, fuentes de ingreso, acceso a crédito, educación y salud. Y está prevista la restitución de tierras para las personas que han sido despojadas violentamente de sus predios.  Incluimos a quienes hayan sido objeto de desplazamiento forzado, despojo o abandono forzado de tierras, homicidio, secuestro, tortura, desaparición forzada, reclutamiento de menores, minas antipersona y delitos contra la libertad sexual. Se garantizaron los enfoques de género y étnico.

Que, de ese modo alrededor de un millón de víctimas hubieran superado su estado de vulnerabilidad, en nuestros 4 años, es muestra de que sí lo podemos hacer.

Creemos profundamente en las reparaciones colectivas.  Con éstas se oye a las comunidades afectadas y se logra repararlas, precisamente de aquello que las afectó, siguiendo su pedido, de la manera que ellos saben que se sanará sus heridas.

En los 170 municipios PDET vive la tercera parte de las víctimas y un número muy alto de las peticiones de retorno de los desplazados son para volver a esos territorios.  Allí, uno de cada dos colombianos es víctima.  Visto en esa dimensión, la estabilización de esas 16 regiones es, en su integridad, una acción que, en su conjunto, tendrá un alcance profundo para las víctimas.

No repetición y volver:  Cuando una persona se ve obligada a irse del lugar en el que ha establecido su proyecto de vida, no sólo sufre la coacción y las dolencias con las que se le obliga, sino que, además, padece por apartarse de su familia, su ambiente, su cultura, y su historia. Por ello, tanto en las medidas que impulsa la Unidad de Restitución de Tierras como respecto de las que trabaja la Unidad de Víctimas, pusimos tanto empeño.

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