Gobiernos de Colombia y Venezuela lanzan plan conjunto para transformar la frontera

Colombia y Venezuela firmaron un memorando para crear una Zona Binacional de Paz y Desarrollo que impulsará comercio, energía y cooperación en la frontera

Por: Horacio Duque
julio 29, 2025
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Gobiernos de Colombia y Venezuela lanzan plan conjunto para transformar la frontera

El pasado 17 de julio del año en curso se firmó en Caracas, la capital de Venezuela, un Memorando de entendimiento para la creación de la “Zona de Paz, Unión y Desarrollo Binacional”, por la ministra de Comercio, Industria y Turismo colombiana, Diana Morales, y la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, que establece un marco de cooperación para la implementación de la primera zona económica compartida entre ambos países, que incluye cooperación productiva, en comercio, salud, educación, turismo y energía, con una vigencia de cinco años, que abarca los departamentos de Norte de Santander, Cesar, Guajira, Zulia y el Táchira.

El memorando establece que las autoridades de los dos países, y en aras de potencializar la zona, facilitar la toma de decisiones e identificar oportunidades, podrán intercambiar información relevante sobre estadísticas, políticas sectoriales, investigaciones y estudios técnicos.

Lo que se pretende es avanzar en un trabajo conjunto para impulsar la diversificación productiva, generar valor agregado y fomentar un desarrollo económico inclusivo y sostenible. Estrechar la cooperación entre las autoridades de los dos países, con especial énfasis en los temas relacionados con comercio, turismo, cultura, educación y salud, así como impulsar los proyectos de producción agroalimentaria para aprovechar el potencial de la región en productos como café, frutas tropicales, cacao, caña de azúcar, tubérculos, ganadería y lácteos, principalmente.

Se plantean planes binacionales conjuntos en salud, educación, cultura. También unión política, de las autoridades, conversación, diálogo. Lo más importante, unión de los pueblos, movimientos sociales, movimientos políticos.

Habrá coordinación permanente policial y militar para liberar esta primera zona binacional de violencia, de grupos narcotraficantes, paramilitares, sicariales y de cualquier índole criminal.

El memorando firmado en Caracas establece un Plan piloto de integración comercial y desarrollo en la frontera, con énfasis en inversiones agrícolas y erradicación de cultivos ilícitos

Esto es solo el comienzo, es un memorando de entendimiento que debe tener un desarrollo técnico por parte de los ministerios de ambos gobiernos.

El antecedente del 2024

Con anterioridad el presidente Gustavo Petro, en coordinación con el gobierno de Nicolas Maduro, firmó un Acuerdo Marco en el año 2024, que estableció las bases para una nueva etapa de integración de las dos naciones creadas por Bolívar en la primera mitad del siglo XIX, dando pie a una Hoja de ruta para la conformación de las zonas económicas binacionales.

El Memorando de entendimiento firmado en Caracas se afinca en fuertes tendencias económicas y comerciales observadas de manera reciente y tiene un objetivo estratégico inocultable: apunta al logro de la paz y la convivencia entre dos pueblos hermanos a los cuales la ultraderecha fascista ha querido sumir en la guerra, la hostilidad y la confrontación.

Son casi 11 millones de seres humanos los involucrados en este audaz y prometedor acuerdo.

Como lo señala el Portal Misión Verdad “se trata de una apuesta estructural por la integración profunda, la cooperación regional y, sobre todo, por la estabilización de una zona que durante décadas ha sido escenario de tensión, contrabando y confrontación armada. En este contexto, la economía emerge como un instrumento de diplomacia activa, capaz de transformar dinámicas de conflicto en cadenas de valor compartidas.

El reciente auge de la relación comercial entre las dos naciones.

Los números confirman que la integración económica entre Venezuela y Colombia está en una fase de auge y aceleración sin precedentes en los últimos 15 años.

Según datos de la Cámara de Integración Económica Venezolano-colombiana (Cavecol), durante el segundo bimestre de 2025 el comercio binacional alcanzó un volumen de 379,2 millones de dólares, lo que significa un aumento de 24,7% respecto a los 304 millones de dólares registrados en el mismo período del año anterior. Este dinamismo se sustenta en un aumento permanente de las exportaciones colombianas hacia Venezuela, especialmente de alimentos procesados, medicinas, insumos industriales y bienes de capital.

Entre enero y abril de 2025 el comercio bilateral creció 25,8%, superando los 360 millones de dólares. La agencia gubernamental colombiana ProColombia proyecta que las exportaciones de ese país hacia Venezuela registren los 1 600 millones de dólares al cierre de 2025, lo que superaría de lejos los 1 000 millones alcanzados en 2024.

Venezuela ha comenzado a exportar hierro y acero, abonos, aluminio y sus manufacturas, combustibles y aceites y productos químicos orgánicos, especialmente hacia departamentos limítrofes. Este crecimiento ocurre a pesar de tensiones políticas ocasionales, lo que demuestra que los intereses económicos regionales están superando viejas desconfianzas.

Más allá del comercio de bienes, la integración energética emerge como el próximo gran peldaño en la relación bilateral. Venezuela, poseedora de las mayores reservas de petróleo en el mundo y de gas natural en América Latina, y Colombia, con una infraestructura de transporte energético desarrollada, tienen una oportunidad única de complementarse.

Uno de los puntos destacados del acuerdo de cooperación y del establecimiento de la Zona Económica Especial de Paz es la posibilidad de desarrollo conjunto de proyectos de interconexión eléctrica entre ambos países para favorecer tanto el desarrollo productivo como la infraestructura y los servicios para la población a ambos lados de la frontera.

El memorándum establece la realización de inversiones conjuntas en la explotación, industrialización y distribución de gas y petróleo, con miras a fortalecer la integración energética regional.

El Gasoducto Antonio Ricaurte podría ser reactivado como eje central de un corredor energético que conecte los campos de gas del occidente venezolano con el sistema de ductos colombiano, lo cual abastecería no solo Cúcuta o Arauca sino también mercados regionales.

La integración energética entre Colombia y Venezuela no es solo técnica, sino política. El acceso al gas venezolano podría reducir los costos industriales en la frontera colombiana, mientras que Venezuela obtendría divisas y tecnología para modernizar su infraestructura. Para la región, la cooperación en el rubro es una alternativa a la tutela externa y un camino hacia su autonomía.

Las tres zonas seleccionadas

Este Plan de integración se debe construir en tres zonas-fases cuyas metas están claramente definidas:

Zona Táchira-Norte de Santander / Zulia-La Guajira / Cesar: consolidación del eje occidental. Estimular la producción conjunta, sustituir importaciones, generar empleos y convertir este eje fronterizo en un espacio de paz, integración productiva y entendimiento político. Es el núcleo del actual comercio binacional.

Zona Apure-Arauca: impulso agroindustrial. Desarrollo agroalimentario y la transformación del aparato agroindustrial.

Zona Amazonas-Guainía/Vichada: protección ambiental y desarrollo sostenible. Protección de la biodiversidad y la lucha contra la minería ilegal.

Puntos de ubicación

Las zonas se ubicarán inicialmente en puntos neurálgicos como San Antonio del Táchira (Venezuela) y Cúcuta (Colombia), Arauca y Puerto Carreño, y en el sur del lago de Maracaibo, con proyecciones hacia el Catatumbo. Estas regiones contarán con incentivos fiscales, simplificación de trámites y acceso preferencial a créditos binacionales. El objetivo es no solo reactivar el comercio formal sino también desincentivar el contrabando y la economía informal que ha alimentado redes de ilegalidad.

Construyendo sobre otras experiencias internacionales

El acuerdo busca replicar experiencias exitosas como las zonas francas de la Unión Europea o la zona industrial fronteriza entre México y Estados Unidos, adaptadas al contexto latinoamericano. Petro destacó que la iniciativa "permitirá llevar el Estado a controlar la frontera como un espacio de prosperidad legal y sin mafias.

Prioridad a la mano de obra local

Se prefigura que sean espacios de desarrollo inclusivo, donde la mano de obra local, la producción agroindustrial y la innovación tecnológica tengan un rol protagónico. La meta es convertir la frontera en un polo de desarrollo.

La ultraderecha monta en colera

Como era de esperarse, la ultraderecha fascista, representada en el uribismo, ha desatado toda su rabia enfermiza contra este importante evento de integración sugiriendo un peligro latente sobre la pérdida de soberanía de la patria.

Uribe publicó un mensaje venenoso afirmando que era “inaceptable la zona binacional acordada con la tiranía de Maduro. Allí domina la criminalidad financiada por el narcotráfico, auspiciada y protegida por Maduro", y agregó que "es un paso adelante en la entrega del país a la criminalidad internacional y a sus protectores como Maduro". El exmandatario dijo que, si un nuevo Gobierno de su línea ideológica llega al poder en las elecciones de 2026, una de sus primeras decisiones será la "eliminación de esa zona binacional", que para él representa "una entrega de la soberanía de la patria" al "dominio del terrorismo y el narcotráfico".

Abogados de Uribe Vélez han anunciado demandas y denuncias que mas parecen gritos de desesperación. A los mismos a contestado el presidente Petro señalando que “una zona binacional no es entregar la soberanía de la Patria, es crear las condiciones sociales y económicas, que permitan que dos pueblos de sangre común e historia común, puedan ser dueños de sus territorios, prosperen y vivan bien”.

Por su parte, el presidente Nicolas Maduro ha señalado que la idea es que el territorio se convierta en una zona binacional, primero de paz; de integración comercial, de inversiones, de desarrollo industrial, agrícola, agroindustrial; de sustitución de cultivos y de producción de hojas de coca y de cocaína aquí del lado colombiano, y sustitución completa por inversión agrícola de producción de alimentos.

Creación de grupo de trabajo

Adicionalmente, se creará un grupo de trabajo que adelantará planes de acción anuales, cronogramas de actividades, intercambiará información técnica y estadística necesaria para la toma de decisiones, y presentará informes periódicos de avances y resultados.

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