El último escondite del Zarco Aldinever, el hombre que habría dado la orden de matar a Miguel Uribe

El presunto autor intelectual del magnicidio del senador se movía a sus anchas en suelo venezolano desde la época de las negociaciones en La Habana

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agosto 12, 2025
El último escondite del Zarco Aldinever, el hombre que habría dado la orden de matar a Miguel Uribe

En marzo de 2011, los plenipotenciarios del gobierno de Juan Manuel Santos y de las Farc designados para negociar la primera fase de un Acuerdo de Paz, se reunieron en la población de Rio de Oro, en el Cesar. Rodrigo Granda y Andrés París, los representantes de la guerrilla en el encuentro, acordaron con los emisarios del gobierno que Cuba sería la sede de la negociación y definieron allí las condiciones en que las delegaciones saldrían con rumbo a La Habana.

Los voceros de las Farc para esa ocasión habían llegado a Rio de Oro precedidos por la avanzada de una columna que llegaba desde territorio venezolano y escoltados por comandos que se apostaron frente a los cauces de un rio frente al cual se habilitó el campamento sede del encuentro secreto.

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Ese día se aguardaba la presencia de Iván Márquez, jefe de la guerrilla. Aunque Márquez finalmente no llegó sí se presentó una avanzada suya de la que hacía parte José Aldinever Sierra Sabogal, ‘el Zarco’. Su presencia allí fue advertida, no porque tuviera algún papel relevante en los diálogos, sino porque se encargó de pasar revista a los encargados de la seguridad y porque daba órdenes a diestra y siniestra.

Por esos mismos días Sierra volvió a aparecer en la hacienda El Corocito de Barinas, en Venezuela. En ese predio, de propiedad del coronel chavista Ramón Rodríguez Chacín fueron pactadas condiciones adicionales la “extracción” de los enviados de las Farc a La Habana, entre ellos Mauricio Jaramillo o él Médico’, también hombre cercano a Márquez. ‘El Zarco Aldinever’ estuvo de nuevo a cargo de las avanzadas que llegaron antes de las comitivas y se movía con propiedad en la región de los llanos venezolanos, lo que sugiere que desde entonces el suelo del país vecino le resultaba familiar.

Los servicios colombianos de inteligencia militar estaban atentos desde entonces a sus movimientos. Le reconocían un perfil medio en los cuadros de las Farc y sabían que a comienzos de los 90 había sido uno de los menores reclutados por la guerrilla. Tenía 14 años cuando se incorporó a las filas, después de que su abuelo y sus tíos con los que convivía fueron asesinados por un escuadrón de las autodefensas.

En un documento de la RIME (Regional de Inteligencia Militar) de la zona oriental del país aparece una anotación según la cual José Aldinever Sierra Sabogal alcanzó niveles de mando relativamente pronto y fue “reemplazante de mando de una cuadrilla” y más tardes, ya más curtido en el combate, tuvo encargos
temporales como comandante del frente 53, estructura ligada al llamado estado mayor del bloque oriental.

Durante las negociaciones que condujeron al Acuerdo de La Habana y más tarde, cuando se produjo la desmovilización, ‘El Zarco’ acató lo decidido.  En junio de 2017, fue uno de los coordinadores de un evento masivo de entrega de armas en la zona veredal de Mesetas, en el departamento del Meta, donde más de 7.000 excombatientes entregaron sus armas.

Inicialmente, estuvo incluso dispuesto a comparecer ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para responder, entre otros crímenes, por el homicidio agravado del que fue víctima James Silva Duque, investigador de la Fiscalía en los Llanos Orientales, previamente desaparecido y torturado.

Su voluntad de paz duró menos de dos años. En 2018 abandonó el proceso y optó por seguir una consigna impartida por Márquez para la activación de la disidencia denominada “La segunda Marquetalia”. Cuando eso ocurrió, buscó retomar sus viejos asentamientos en una franja comprendida entre Ciénaga de Oro y Machiques, este último punto en territorio venezolano.

Cuando Márquez y sus compañeros en la aventura de la Segunda Marquetalia anunciaron que volvían a empuñar los fusiles, las imágenes que hicieron circular los mostraban con armamento que, según inteligencia militar, les fue prestado por el clan del golfo. Una de las fotos habría sido tomada, según analistas, en los propios jardines del Fuerte Militar Tiuna, en caracas. Eso sugiere que el apoyo del gobierno venezolano a estructuras guerrilleros no es una fábula.

Allí sí haría ‘e Zarco Aldinever’ haría parte de la estructura de mando y eso explica por qué, cuando el presidente Gustavo Petro decidió emprender diálogos con esa apareciera en la nómina de negociadores. El gobierno le quitó el estatus de negociador cuando la Fiscalía y la Policía Nacional advirtieron, a mediados de junio de 2025, que el guerrillero disidente podría estar detrás del magnicidio del senador Miguel Uribe Turbay.

Cuando su nombre apareció en el expediente por el atentado contra el joven dirigente del Centro Democrático Aldinever, según las autoridades colombianos, estaba a cargo de los cuadros de Iván Márquez en la región del Arco Minero del Orinoco, en el sureste venezolano. Allí dirigía las estructuras dedicadas a la minería ilegal y el tráfico de cocaína. También estaba a cargo de buscar acuerdos con el Eln para la distribución de áreas de influencia.

Los contactos se convirtieron en desacuerdos. Al parecer, el Eln lo acusaba de haberse apropiado de cargamentos suyos y le estaba recortando progresivamente influencia territorial, prevalido del apoyo de oficiales de la Fuerza Armada venezolana relacionados con el “cartel de los soles”, como lo ha denominado el gobierno de Estados Unidos.

A finales de junio Zarco se encontraba replegado en Apure y Amazonas, cerca de la frontera con Colombia. Allí recibió un mensaje del Eln que lo invitaba a deponer hostilidades y a retomar operaciones conjuntas que sumara para ambas partes. Cuando se desplazaba con sus hombres para acudir al encuentro habría sido emboscado y muerto. Su propia organización lo informó a través de un comunicado, que inicialmente generó muchas dudas.

Sin embargo, la información que ha recibido el Ministerio de Defensa de Colombia indica que es cierto que el presunto cerebro del magnicidio de Miguel Uribe Turbay fue abatido por el Eln. Lo ha conformado el propio ministro, general (r.) Pedro Sánchez.

Su influencia se extendía a buena parte de la zona donde los gobiernos de Colombia y Venezuela anuncian la constitución de una zona de desarrollo común. El mismo día de la muerte de Miguel Uribe el presidente de facto de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciaba que las fuerzas armadas de ambos países se unirían para consolidar el desarrollo de un área libre, según él, de laboratorios de droga. No dijo que también estuviera libre de campamentos guerrilleros.

La muerte de Aldinever podría variar el cauce de una de las hipótesis sobre los autores intelectuales del fatal atentado a Miguel Uribe, porque no es la única. Hace falta saber quién era el cerebro que impartió la orden posiblemente desde suelo extranjero.

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