Es joven, pero en su natal San Antero le dan desde ya el título de matrona por el poder político que ejerce desde que se unió a las filas del Pacto Histórico en las épocas de las campañas para la Presidencia y el Congreso. Angélica Verbel López llega ahora al cargo de viceministra para la Estrategia y Planeación del Ministerio de Defensa, una posición que antes estuvo reservado a curtidos generales.
Después de un breve asomo a la Secretaría General de esa cartera, su nombre fue postulado como nueva viceministra y desde el momento en que su hoja de vida apareció en la página de postulantes del Servicio Civil comenzaron a llevarle las críticas por su posible inexperiencia. Sin embargo, fue el propio presidente Gustavo Petro quien asumió la defensa de esta abogada que se graduó hace dos años, pero que ya cuenta con especialización y con una candidatura a magister.
Sus coterráneos recuerdan que Angélica Verbel surgió a la vida pública de la mano del periodista Rafael Gómez, director de un pequeño portal digital llamado La Piragua, con quien estuvo casada. En las elecciones de 2022 integró las listas de una coalición conformada por partidos y movimientos de izquierda que consiguió 25.000 votos. A ella, sin embargo, ese guarismo no le resultó suficiente para alcanzar una curul al Senado de la República.
También probó suerte como candidata a la gobernación de su departamento, pero declinó sorpresivamente poco antes de la elección y anunció su apoyo al actual mandatario, Erasmo Zuleta. Allí dejó de aparecer nominalmente como jefa del movimiento ADA (Alianza Democrática Amplia) y prefirió el rótulo de petrista pura sangre.
Durante la campaña presidencial se jugó fuerte por la candidatura de Gustavo Petro e hizo parte de los cuadros regionales de su campaña. Tras el triunfo de su mentor, a quien acompañó en las giras regionales de campaña, fue mirada con especiales simpatía y predilección desde la Casa de Nariño.
Recibió dos cuotas importantes jugosas. Llevó a su prima Dalila del Carmen Tamayo Verbel a la dirección seccional del Departamento de Prosperidad Social y a su amiga Sandra Marcela Mendoza Argel a la dirección territorial del Ministerio del Trabajo.
Para convencer a quienes dudaban de su ascendiente político probó su amistad Gustavo Bolívar -hasta hace poco hombre de confianza del presidente- y a Cielo Rusinque, primero directora del DAPRE y actual superintendente de Industria y Comercio. Visitó con ambos, aunque en ocasiones distintas, su natal San Antero y no sufrió mella en su popularidad después de que Rusinque se quejó de que aquella tierra alguien intentó envenenarla durante un almuerzo.
Cuando el gobierno todavía anunciaba su interés de consolidar un “acuerdo nacional amplio” ella recibió la misión de tejer acuerdos con caciques de los partidos tradicionales como Fabio Amín y habilitó para ellos cuotas en el SENA y en el ICBF. La construcción de los acuerdos pasó por su promesa de hacer levantar la intervención que pesaba sobre la ESE Hospital San Jerónimo de Montería, considerado un botín del clientelismo.
No todo para ella fue miel sobre hojuelas. Sus críticos no tardaron en aparecer y siguieron con lupa sus movimientos. La acusaron de usar su influencia sobre entidades oficiales tan fuertes para “chantajear” a los vigilados por éstas. Fuentes de distintos sectores coinciden en que en ese “trabajo sucio” ha actuado Óscar Iván Padilla, un activista de rango medio.
“Padilla cobró cierta celebridad al lado de ella cuando la acompañó en las tarimas de campaña y después de la asignación de las cuotas prometidas el visitaba a algunas clínicas y empresas privadas para advertirles de que podrían ser sancionadas por el Ministerio del Trabajo y que era mejor que arreglaran por las buenas”, asegura alguien que ha trabajado cerca de él. Padilla no ha respondido las llamadas de Las2Orillas.
Las críticas no se han aplacado siquiera con la partida de ella hacia Bogotá en busca de destinos más altos. Incluso sus propios paisanos aseguran que carece de la formación y experiencia suficiente para hacer parte de una cartera encargada de formular y guiar las políticas públicas en materia de Defensa y Seguridad, sobre todo en tiempos con tantos desafíos en materia de orden público.
El presidente Gustavo Petro piensa lo contrario y ha dicho en sus redes que se trata de una joven surgida del pueblo y que eso es un atributo suficiente para desempeñar bien su labor.
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