En el Museo de Arte Moderno de Bogotá se encuentra la exposición de Oscar Muñoz. Como es él, aislado, tímido perdido en Cali profunda no muestra todo su trabajo maravilloso, pero, de todas formas, es un genio que ha llevado a la fotografía a instancias superiores.

El dibujo, al comienzo fueron mujeres de edad abandonadas a su destino pobre y solitario. Más tarde el dibujo cambió totalmente de rumbo y de dedicó al hiperrealismo de las esquinas de baños pobres con poco aseo y más tarde el dibujo fue una instalación de cortinas de baño donde la figura humana se desdibujaba en el reflejo del agua y la humedad.
La fotografía ha tenido siempre una reflexión sobre la memoria personal que comenzó con unos cubos de agua donde dejaba en carboncillo su cara en la superficie del agua y en el proceso del tiempo, el agua se evapora y en el fondo, y después de muchos cambios en el camino, queda pegado el rastro desfigurado por el tiempo que ha cambiando con la fugacidad de la evaporación del agua. La obra se completa en sí misma. Se trata de un medio que se convierte sin propósito en una libre interpretación del paso del tiempo. Los materiales cambian con el y hay una deliberada libertad para que lo efímero quede registrado en el proceso silencioso.

No estoy hablando en términos temporales sino quiero mostrar que es un creador multifacético que cambia constantemente de técnica, pero a pesar de todo siempre queda su propósito intacto: su magia. La fotografía ha sido la base, pero la ha llevado a propuestas que van más allá y si creo que es uno de los grandes de nuestro tiempo.
Crea con su rostro en los videos. Como la cara que nunca acaba de terminar o como la foto que se desintegra en un lavamanos. En otros amplia el rostro en fragmentos donde queda en rastro y muestra como cambia la realidad distinta que en una serie de fotografías se va desvaneciendo hasta quedar atrapada en pedazos en acrílico que representa una unida rota hasta representar los actos de una memoria perdida o insinúa la desaparición. En el rio de Cali proyectó personas en el agua de imágenes de muertos que flotaban con la corriente. En ese mismo lugar le interesaron fotos de común y corriente que registraba un fotógrafo en el puente. Gente común y corriente que caminaba desprevenida. Coleccionó a las personas incógnitas que atravesaban el puent
La corporeidad es una efímera razón para denunciar una grave situación los desaparecidos, la desintegración de la vida en un tiempo sin memoria.

Esta ha sido una semana difícil. La situación colombiana empeora, se deteriora la muerte de todos los lideres políticos y por último la de Miguel Uribe muestra que nos falta dignidad para renunciar a estos fenómenos donde todo queda impune. De nuevo los temas de Oscar Muñoz: lo efímero, la desaparición y la memoria.
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