Después de una arremetida del Presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, Ovidio Claros, contra el Presidente de la Confederación de Cámaras de comercio –Confecámaras- Julián Domínguez, quien cumplió 14 años al frente del gremio, decidió dar un paso al costado. A partir del próximo 5 de octubre no estará al mando. Claros de manera previa cuestionó manejos financieros pero tras una auditoria Domínguez salvó su nombre y prestigio, sin embargo entregará el cargo en Congreso de Confecámaras en este Septiembre.
Desde su llegada, Claros, un viejo alfil de Gustavo Petro de vieja data, se propuso influir en las cámaras de Comercio hasta que logró controlar Confecámaras. Es su tercer intento, y llega en medio de polémicas a la presidencia de la Cámara de comercio más poderosa de Colombia y sin conseguir el respaldo completo de la junta directiva. El primer envión fue hace dos años cuando quiso fallidamente presidir la junta directiva de Confecámaras que reúne las 57 Cámaras de comercio del país. La tarea de Claros era hacerle eco al Presidente quien siempre ha tenido reparos contra el gremio que califica como una cúpula de privilegiados.
Una pretensión se frustró porque la elegida fue Lina Vélez, la presidenta de la Cámara de Comercio de Medellín, quien le gano el cargo. Aunque el ingeniero Manuel Fernández, presidente de la Cámara de Comercio de Barranquilla, que con el apoyo soterrado de su par en Ibagué, Brian Bazin Bulla, intentaron hacerle el juego a Claros. En ese intento Lina Vélez, quien completa 22 años como presidente de la Cámara de Medellín, le ganó.
Sin embargo, Claros consiguió su meta el año siguiente y coronó el 24 de octubre del 2024, la presidencia que concluirá este octubre. Cuando ya esté entronizado el nuevo presidente de la entidad Nicolás Botero Paramo. Su nombramiento formó parte del acuerdo de Domínguez para su salida, así como la posibilidad de mantenerse en la Presidencia hasta el próximo Congreso, que se llevará el 12 y 13 de septiembre, en el que hará una rendición de cuentas de su gestión.
El abogado uniandino Nicolás Botero-Paramo lleva casi 6 años en la Presidencia de Confecámaras a la que llegó después de su paso en sector público: fue asesor de la presidencia en el último año del gobierno de Juan Manuel Santos después de haber sido también viceministro de justicia. Forma parte del bloque de integrantes de la poderosa junta directiva de la Cámara de Comercio de Bogotá que no le ha dado el brazo a torcer a Ovidio Claros y lo ha mantenido a la raya en sus pretensiones que siguen el libreto del Presidente Petro. Con este nombramiento se le cierra a Claros su capacidad de maniobra ya que la renovación directiva en el gremio coincide con el fin de su período en la Presidencia de Confecámaras.
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