Así es como un sacerdote paisa lleva 24 años recogiendo comida para alimentar a medio millón de personas

El padre Daniel Saldarriaga convirtió su vida en misión: rescatar comida y alimentar a quienes no tienen qué comer. La historia del Banco de alimentos de Bogotá

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septiembre 01, 2025

El padre Daniel Saldarriaga nació en Medellín, pero su vida lleva más de dos décadas entre bodegas, camiones y toneladas de comida rescatada en Bogotá. Desde la dirección del Banco de Alimentos ha convertido lo que parecía un sueño improbable en una de las redes solidarias más grandes del país: 26 bancos de alimentos repartidos por Colombia. Su propósito nunca ha cambiado: evitar que la comida termine en la basura y llevarla a quienes no tienen nada para poner en la mesa. Solo en 2024, lograron recuperar más de 20 mil toneladas de productos que llegaron a 562 mil personas, en un país donde 19 millones viven sin seguridad alimentaria y más de 3 millones apenas alcanzan a comer una vez al día.

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Pero el trabajo del padre Saldarriaga va mucho más allá de armar mercados. El Banco acompaña a familias enteras, a niños, adultos mayores y comunidades campesinas con programas que buscan mejorar su calidad de vida. Su mensaje es insistente: Colombia no sufre hambre por falta de alimentos, sino por falta de solidaridad. Y su labor es la prueba de que, cuando productores, benefactores y voluntarios se conectan, las pérdidas pueden convertirse en esperanza.

La historia empezó en 2001, cuando el cardenal Pedro Rubiano le pidió al entonces joven sacerdote que organizara un banco de alimentos con el apoyo de empresarios como Arturo Calle y Gonzalo Restrepo. Desde entonces, Saldarriaga se dedicó a tocar puertas: productores, supermercados, compañías que empezaron a entregar sus excedentes en lugar de desecharlos en Doña Juana. Lo que al principio parecía un ensayo improvisado terminó convertido en una maquinaria solidaria de gran escala. Hoy, el Banco de Alimentos logra mover entre 40 y 55 toneladas de comida cada día en tiempos normales, y en los días más críticos de la pandemia llegó a despachar más de 170 toneladas en una sola jornada.

La rutina del padre es tan exigente como el reto que asumió. Su día arranca a las cinco de la mañana con oraciones y termina entre estibas y planillas, coordinando entregas que dependen tanto de la confianza como de la constancia. Grandes cadenas de supermercados, campesinos de las plazas y empresas como Alpina, Nutresa o Postobón se han vuelto parte de la cruzada, que privilegia donaciones en especie antes que en dinero. En 2020, en plena crisis sanitaria, llegaron directamente a 600.000 personas. Cuando la comida rescatada alcanza para más de lo que Bogotá necesita, el Banco no la guarda: la envía a la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO) para que llegue a otros rincones del país. Y detrás de cada saco de arroz, de cada caja de leche o de cada lote de pollos que cambia de manos, está la idea firme del padre Saldarriaga: que la dignidad también se nutre.

Juan Manuel Ospina: ¿Cómo arranca este proyecto llamado Banco de Alimentos en el que lleva más de 26 años de su vida?

Padre Daniel Saldarriaga: Colombia fue muy pionera en todo este desarrollo. Los norteamericanos arrancaron hacia 1967. Y nosotros arrancamos los primeros bancos de alimentos en 1999 en Colombia, que los dos son casualmente de Medellín, la Fundación SACIAR y el Banco Arquidiocesano de Salud y Alimentos. Después siguió Cali y han seguido otros bancos de alimentos.

Nosotros fuimos el séptimo banco en esta historia del Banco de Alimentos. Entonces yo creo que aquí hay una historia que a todos nos interesa, que yo creo que nos pone a pensar mucho de lo que es realmente la responsabilidad y la solidaridad social y dejar de pensar que hay que esperar que el gobierno venga a todo, porque el gobierno va a llegar muy poquito con este y con los distintos gobiernos. Aquí es una labor básicamente de la gente, con la gente y para la gente, bajo un espíritu de coordinación, bajo un espíritu de solidaridad y, digámoslo, de amor al prójimo.

Vea aquí la entrevista completa:

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