En una sala quirúrgica del Hospital Internacional de Colombia (HIC), en Piedecuesta, Santander, Colombia, escribió un nuevo capítulo en su historia médica. Por primera vez, se realizó con éxito una cirugía de estimulación cerebral profunda (DBS) específicamente para tratar la depresión resistente o refractaria a todos los tratamientos conocidos.
Modificar la actividad eléctrica del cerebro
La paciente, Lorena Rodríguez, de 38 años, llevaba más de dos décadas en una batalla silenciosa contra la tristeza profunda, hospitalizaciones crónicas, medicamentos sin respuesta y un futuro bloqueado. Tras la cirugía, dice con convicción:
“Estaba viva, pero no vivía. Ahora tengo esperanza”.
La intervención consistió en implantar cuatro electrodos en zonas específicas del cerebro, conectados a un neuroestimulador que regula los impulsos eléctricos de las regiones asociadas con emociones.
Se colocan en zonas específicas del cerebro que están relacionadas con los síntomas de la enfermedad (como tristeza extrema, ansiedad, compulsiones o temblores). Envían impulsos eléctricos suaves y continuos que regulan o inhiben la actividad anormal de esas regiones.
Esto restablece el equilibrio en los circuitos neuronales, mejorando los síntomas sin destruir tejido cerebral. Envían impulsos eléctricos suaves y continuos que regulan o inhiben la actividad anormal de esas regiones. Esto restablece el equilibrio en los circuitos neuronales, mejorando los síntomas sin destruir tejido cerebral.
Todo se realizó con la paciente despierta, en un entorno controlado y seguro.
Una solución para quienes ya lo intentaron todo
Esta cirugía no es la primera línea de tratamiento, sino la última oportunidad real para quienes han probado sin éxito medicamentos, psicoterapia, hospitalizaciones y hasta estimulación magnética transcraneal.
En Colombia, alrededor de 1,5 millones de personas viven con depresión diagnosticada, y al menos el 15% presenta resistencia terapéutica, lo que equivale a más de 225.000 personas que podrían ser candidatas a este procedimiento.
Y lo mejor: ya es un derecho. Está incluida en el Plan de Beneficios en Salud (PBS), por lo cual las EPS deben cubrirla, siempre que el paciente cumpla criterios clínicos.
El proceso requiere:
Evaluación por dos psiquiatras o neurólogos independientes. Autorización de un comité científico interdisciplinario. Aval de la EPS. Si esta lo niega sin justificación médica, el paciente puede acudir a tutela.
El costo en una clínica privada oscila entre 120 y 160 millones de pesos, pero si el caso es aprobado, la EPS debe cubrir el 100% del tratamiento.
Mucho más que depresión: otras enfermedades que ahora tienen esperanza
Esta técnica no solo se aplica en depresión severa. La estimulación cerebral profunda está autorizada en Colombia para otras condiciones neurológicas graves y resistentes a los tratamientos convencionales:
Parkinson avanzado
Más de 120.000 personas en Colombia lo padecen. Cerca del 30% no responde bien a medicamentos. La cirugía mejora movilidad, temblores y calidad de vida hasta en un 70%.
Distonía
Trastorno poco común pero devastador. Provoca contracciones musculares involuntarias y dolorosas. La estimulación cerebral profunda (DBS) ofrece una mejoría funcional significativa, especialmente en jóvenes con distonía hereditaria.
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) severo
En Colombia afecta a más de 300.000 personas. Entre un 10 y 20% tiene TOC refractario, sin respuesta a terapias. La DBS puede reducir compulsiones y ansiedad hasta en un 50%.
Epilepsia resistente o refractaria
Afecta a casi 400.000 colombianos. Al menos 120.000 no responden a medicamentos. La cirugía puede reducir o eliminar las crisis, mejorando la independencia del paciente.
Una tecnología con respaldo global, ahora en el sistema público
La estimulación cerebral profunda fue desarrollada y aplicada inicialmente en Estados Unidos, Alemania, Francia, Suiza y Canadá, y más recientemente en Brasil y Argentina. Ahora, Colombia se suma a esta élite médica.
“No curamos la depresión, pero damos calidad de vida. Recuperamos a la persona”, explica el Dr. William Omar Contreras, neurocirujano funcional que lideró la cirugía
Dicha intervención se hizo en el Hospital Internacional de Colombia (HIC) es un centro médico de alta complejidad, ubicado en Piedecuesta, Santander, y hace parte del grupo Fundación Cardiovascular de Colombia. Es considerado uno de los hospitales más modernos de Colombia y América Latina., donde se realizó esta primera cirugía, es un centro de alta complejidad acreditado internacionalmente. Su equipo está preparado para extender esta tecnología a más pacientes con condiciones neurológicas y psiquiátricas graves.
No es ciencia ficción. Es ciencia, es derecho, y ya está disponible
La depresión severa no es solo un problema emocional: es una enfermedad discapacitante, dolorosa y silenciosa. Muchos pacientes llegan al borde del suicidio porque sienten que ya nada funciona. Para esas personas, esta cirugía no es una opción estética o experimental: es la única alternativa que queda.
Y ahora, está legalmente disponible en Colombia, no solo para unos pocos con recursos, sino para quienes cumplan con el criterio médico y puedan acceder a través del sistema público de salud.
Un paso firme hacia la dignidad
Según la OMS, 280 millones de personas en el mundo sufren depresión, y más de 70 millones no responden a los tratamientos tradicionales. Cada avance cuenta. Cada paciente recuperado rompe el estigma, desafía la resignación y recupera su dignidad.
Hoy, Colombia da un paso firme. Porque hablar de salud mental es hablar de dignidad. Y a veces, abrir el cerebro es la única forma de abrir la vida.
También le puede interesar:
Anuncios.
Anuncios.