Tendría por entonces 7 años y había corretear de angustia en casa. Desde ese momento, cada 11 de septiembre recuerdo la transmisión radial de la toma del Palacio de la Moneda en Chile por un ejército codicioso de sangre y horror.
Casi empezaba la primavera, pero eso no importa a quien va uniformado de muerte. Aquel día bombardearon el palacio presidencial y asesinaron al primer presidente marxista elegido democráticamente en la historia de América Latina, para instaurar desde entonces y por cerca de 17 años un régimen militar criminal, torturador, un monstruo plagado de sombras y especialista en la táctica del miedo.
Años más tarde en distintas ocasiones he recorrido aquellos lugares: la Moneda, Londres 38, una casa clandestina de tortura, o el estadio en el que retuvieron y asesinaron en condiciones aberrantes a Víctor Jara.
Ya para entonces habían detenido y condenado a Pinochet, ya los gobiernos de izquierda y de derecha alternaban democráticamente, y cada día alguna otra máscara de la dictadura ha venido cayendo de modo vergonzante. Aún así, aquel 1973 está.
Así que esta página de hoy la escribe Ángel Parra, el hijo de Violeta. Acá su canción, no sin antes decir que no es cierto eso de que la izquierda latinoamericana no sabe gobernar. Ejemplos destacados hay (el Pepe Mujica; Bachelet; y camino vienen abriendo Sheinbaum o Lula), ejemplos que son homenaje a Allende. No son muchos, pero son.
“Un buen día decide caminar junto a tu pueblo/ Conocerlo y respetarlo/ Y representarlo entero.
En cuantos años de lucha / De consecuencia y desvelo/ Recorriste palmo a palmo/ Desde Arica hasta el Estrecho.
Siempre quisieron quebrarte con calumnias y atropellos/ Y tú caminabas firme/ junto a las filas del pueblo.
El año 70 justo/ sacaste un pañuelo blanco que iluminó nuestra patria/
Fue en la Alameda, recuerdo.
Entregaste a la mujer / Al niño, al trabajador/ Un ancho y largo camino/
Por un mañana mejor.
Pero ya desde las sombras/ Se ocultaba el asesino/ Te querían de rodillas/ Y no con el talle erguido/ Te querían de rodillas/ Y no con el talle erguido.
El 11 muy de mañana/ Sabiendo lo que pasaba/Fuiste el primero en la lucha/ Con corazón y metralla/ Fuiste el primero en la lucha/ Con corazón y metralla.
Déjame hacerte un poema/Bienamado Salvador/ Déjame gritar tu nombre/ Desde el Cuzco hasta Bangkok/ Déjame gritar tu nombre/ Desde el Cuzco hasta Bangkok.
La historia no se detiene/ Ni con represión ni muerte/ Son tus últimas palabras/ Compañero presidente/ Son tus últimas palabras/ Compañero presidente.”
…….
Anuncios.
Anuncios.