Opinión

Cumbre en Alaska: gana Putin, Trump pesca en río revuelto y pierden la OTAN y Zelenski

La cumbre Putin-Trump del 15 de agosto agudizó las contradicciones entre EE. UU. y Europa, afianzó las posiciones rusas y dejó a Zelenski al borde del abismo

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agosto 21, 2025
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La cumbre realizada el pasado 15 de agosto entre Vladímir Putin y Donald Trump agudizó las contradicciones entre el gobierno estadounidense y los europeos, afianzó las posiciones rusas y dejó a Zelensky al borde del abismo.

La promesa de una victoria rápida y contundente sobre Rusia

Hace tres años, la presidenta de la Unión Europea, Úrsula von der Leyen, había señalado que Rusia tendría que acudir a los chips de sus lavadoras para poner en funcionamiento el aparato militar. Incluso hace muy poco, Trump calificaba a Rusia y a la India como economías muertas.

El conflicto en Ucrania, el país más grande de Europa exceptuando a Rusia, había estallado por la agresión y discriminación a la que habían sido sometidas las regiones de Donetsk y Lugansk por parte del gobierno de Ucrania. Este conflicto se intentó solucionar con los Acuerdos de Minsk (2014 y 2015), mediante los cuales se buscaba la paz preservando la integridad territorial ucraniana.

Pocos años después, los patrocinadores occidentales de los Acuerdos de Minsk reconocieron que los habían promovido para preparar militarmente a Kiev y lanzarlo a un enfrentamiento con Moscú.

Después de iniciada en febrero de 2022 la Operación Militar Especial, como la califica el gobierno ruso, se logró en marzo del mismo año un nuevo Acuerdo en Estambul, que volvía a mantener la integridad ucraniana a cambio de que Ucrania no ingresara a la OTAN. Los territorios en disputa seguirían negociándose.

Presionado por Estados Unidos y la Gran Bretaña, el gobierno de Ucrania decidió no suscribir el Acuerdo de Estambul a cambio de recibir toda la ayuda militar necesaria de la OTAN para infligirle a Rusia una derrota estratégica.

Durante cuatro años Zelensky fue recibido en todo Occidente como un héroe y aun actualmente la mayoría de los gobiernos europeos siguen apoyando sus esfuerzos militares y sus reclamos.

Los países de la OTAN estimaban que Rusia no estaba preparada para la guerra y que podrían aislarla internacionalmente. El tono generalizado en Occidente durante los cuatro años de guerra fue triunfalista y la ayuda militar llegó a raudales. Miles de millones en ayuda militar y económica colmaron las arcas de Kiev, y una parte importante aceitó la corrupción del gobierno de Zelensky.

El relato dominante calificaba a Rusia como una economía decadente, aseguraba la superioridad militar de la OTAN y confiaba en un ejército ucraniano entrenado y apertrechado.

Desde hace más de 4 años Rusia no ha tenido prácticamente ningún contacto con la OTAN y ha recibido miles de sanciones comenzando por el congelamiento de sus activos, la exclusión del sistema de transacciones financieras, Swift, dominado por Estados Unidos, y la negativa a comprar petróleo y gas ruso, entre otros miles de represalias.

Los pronósticos optimistas de la OTAN no se cumplieron. Europa gran perdedora

Los resultados despues de 4 años de hostilidades fueron contrarios a las previsiones occidentales. La economía rusa no solo no se debilitó sino que se fortaleció, convirtiéndose en la cuarta economía mundial con tasa de crecimiento cercanas al 4%.

Los ucranianos han perdido cerca de 1, 4 millones de hombres y la superioridad tecnológica, económica y demográfica de Rusia ha enfrentado con éxito la ayuda occidental. Sus armamentos más sofisticados la han llevado a la ofensiva tomando cada día nuevos poblados y destruyendo sistemáticamente la infraestructura vital de Ucrania.

En lugar de aislarse a nivel internacional, Rusia ha incrementado sus vínculos internacionales, recibiendo el apoyo explícito o implícito de casi todos los países del Sur Global.

En este sentido, la participación de Putin en la cumbre de Alaska fue una victoria, pues Estados Unidos, que alentó y financia Ucrania, tuvo que reconocer la interlocución con Rusia. La reacción de los sectores más guerreristas dentro de Estados Unidos y Europa no se ha hecho esperar. No solo se desplazaron a Washington para apoyar a Zelensky en su entrevista con Trump para proponer un alto al fuego y la participación de Europa en las negociaciones, sino que mantienen las peticiones originales de Kiev: el retiro de los territorios ocupados por Rusia, el ingreso de Ucrania a la OTAN y la derrota de Rusia.

Durante el conflicto, primero con Biden y posteriormente con Trump, los países europeos tuvieron que cortar sus lazos económicos con Rusia con graves afectaciones a producción industrial fuertemente dependiente del suministro de combustibles rusos. También debieron afrontar un enorme gasto militar.

Trump redobló sus exigencias a Europa, imponiéndoles altos aranceles, forzándolos a aumentar el presupuesto militar y sus inversiones en Estados Unidos.  A diferencia de Biden, no está donando sino vendiendo equipos militares a los europeos para que los trasladen a Ucrania.

Las propuestas de paz

Europa ha sido marginada de las negociaciones con Rusia y su economía languidece, viéndose obligada a disminuir el gasto social para intentar sostener la guerra.

Trump antes de la cumbre amenazó en todas las formas a Rusia, anunció nuevas sanciones que incluían a los países que negociaran con ella y exigió a Putin un cese al fuego.

Aunque Trump había señalado que Ucrania no debería pertenecer a la OTAN y que debería hacer concesiones territoriales, despues de la Cumbre señaló que no bastaba un alto al fuego, sino que se necesitaba un acuerdo de paz que tuviera en cuenta las posiciones rusas.

La exigencia de un cese al fuego que diera un respiro al régimen de Kiev y le permitiera rearmarse para continuar la guerra ha sido una exigencia de la OTAN y de Zelensky. Los tres principales países europeos, Alemania, Francia y el reino Unido han sido incondicionalmente solidarios con Zelensky

En la Cumbre de Alaska, Putin no modificó lo que ha señalado invariablemente durante los últimos cuatro años: la Operación Militar Especial busca la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, su no incorporación a la OTAN y la construcción de un marco de seguridad que tenga en cuenta los intereses y necesidades de todas las partes.

En este sentido, la cumbre significó una victoria de Putin, pues se agudizaron las contradicciones en los países de Occidente, y Trump no sostuvo sus amenazas, mientras que la campaña militar rusa se mantiene invariable.

Las declaraciones protocolarias de Trump y Putin hablan de acuerdos, sin especificarlos. Pero dentro del contexto queda claro que no podrá haber acuerdo hasta que se remuevan las causas profundas de la guerra, como el intento occidental de incluir a Ucrania en la OTAN y con ello poner en peligro existencial a Rusia.

Qué busca Estados Unidos

El gobierno de Estados Unidos hasta el momento se arroga una victoria importante en cuatro aspectos: logró debilitar a Europa, ponerla a depender de la economía estadounidense, debilitar a Rusia y hacer grandes negocios a costa de Europa y de la guerra.

Si Rusia le ofrece negocios similares, podría abandonar a Ucrania, ya empeñada a Estados Unidos dado que Trump quiere recuperar todo lo que gastó Biden en la guerra

Para Trump estos logros no han sido suficientes, pues aspira a apoderarse de los recursos naturales de Ucrania. Pero si Rusia le ofrece negocios similares, podría abandonar a Ucrania, ya empeñada a Estados Unidos dado que Trump quiere recuperar todo lo que gastó Biden en la guerra. Su interés sigue siendo debilitar a Rusia, pero para ello tiene otras cartas por jugar con intervenciones en Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Rumania y Moldavia. No está interesado en desgastarse en Ucrania, sino que quiere destinar los mayores esfuerzos al enfrentamiento con China. Quiere que los europeos asuman el costo de la continuación de la guerra y explorar las posibilidades de negocios con Rusia, que pueden ser incluso más rentables, pues hay todo un campo de negocios en materia energética mineral incluyendo la explotación del Ártico. Le ha pasado la pelota a Europa y a Zelensky y se ha lavado las manos afirmando que no es su guerra sino la de Biden.

Aunque Trump ha propuesto una negociación trilateral con Putin y Zelensky, Europa propone una cuadrilateral para meterse en el proceso. Esto parece muy difícil mientras Zelensky se mantenga en el gobierno y el tiempo corre a favor de Rusia con sus avances en la guerra y en contra de Trump, que tendrá que enfrentar en las elecciones del año entrante a los halcones demócratas y republicanos.

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