Tras la nota periodística de Blu radio, sobre “las denuncias por acoso sexual de la esposa del coronel esparza”, han salido como gotas que se convierten en raudales, denuncias de otras mujeres sobre el acoso de este personaje, Eduardo Zapateiro, que a todas luces hizo un daño institucional de magnas proporciones cuando “presto sus servicios a la patria”.
No por tardíos son desdeñables estas denuncias porque, muchas veces, el poder que ostentan, durante el ejercicio de un cargo, hace que pueda más la temeridad y el desconsuelo de la víctima, que su deseo de denuncia.
Por viles y despreciables, no replico los trinos del chat de la esposa del coronel Esparza, a un soldado le podrán perdonar muchas acciones como ser humano, pero la deslealtad hacia sus subalternos lo hace despreciable, cuando solo encuentra asidero de placer, buscando los encantos de la mujer de su hermano de armas, aquel dispuesto a dar la vida por él y que además de su vida encarga su familia, al que considera su superior, amigo y hermano.
Juran los soldados defender la bandera, su patria, sus compañeros, en acción de guerra y cualquier otra ocasión, y no con una, sino con las varias denuncias de acoso sexual a mujeres de la fuerza pública, demuestra la equivocación que se ha cometido desde hace varios años en el nombramiento del General en esa institución. Pues como reza el juramento, que sea la patria con sus instituciones, la que por vil lo juzgue y lo condene.
También le puede interesar: Esto le pagó el Gobierno Petro a Fecode para que no digan nada ante la crisis del sistema de salud
Anuncios.
Anuncios.
