El clan Núñez: la familia que quiere quedarse con el botín de la política en el Caquetá

El controvertido congresista Jhon Fredy Núñez Ramos busca reelegirse en Caquetá pese a denuncias, escándalos y cuestionamientos sobre su gestión y ética

Por: Albeiro mesa lozada
agosto 20, 2025
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El clan Núñez: la familia que quiere quedarse con el botín de la política en el Caquetá
Foto: Instagram

El controvertido representante a la Cámara, Jhon Fredy Núñez Ramos, vuelve a ser el centro de atención en la política regional con el lanzamiento oficial de su campaña para las próximas elecciones, a pesar de su historial plagado de derrotas, denuncias y cuestionamientos que ponen en entredicho su verdadero compromiso con el departamento de Caquetá.

Conocido popularmente como “el representante de los caqueteños”, aunque él mismo rechaza la etiqueta de “representante por las víctimas”, Núñez Ramos ha sido un aspirante incansable desde sus primeros pasos en la política. En 2010 intentó sin éxito llegar al Senado con el Partido de Integración Nacional (PIN). Al año siguiente, su candidatura a la alcaldía de Florencia fue un rotundo fracaso, con apenas 1.400 votos, y en 2015, aspirando a la Asamblea Departamental con Opción Ciudadana, obtuvo menos de mil votos. Sin embargo, estas derrotas electorales no frenaron su ambición política, pues siguió activo, llegando a presidir el directorio departamental del PIN en 2016 y apoyando activamente la campaña por el “Sí” en el plebiscito de paz.

Su llegada al Congreso en 2022 estuvo envuelta en una fuerte polémica y solo fue posible gracias a una demanda legal presentada en 2021 contra el decreto que regulaba la elección de curules para víctimas del conflicto armado. Gracias a esta estrategia judicial y el respaldo de la Fundación Igualdad Social, Núñez Ramos logró suspender la elección de su rival y, tras varias batallas legales, fue finalmente admitido como representante. Sin embargo, esta posesión estuvo siempre bajo la sombra de una medida cautelar, lo que deja en duda la legitimidad de su curul.

Pero los escándalos no terminan ahí. El 23 de diciembre de 2022, el representante fue denunciado por presunto maltrato a un miembro de su esquema de seguridad y por conducir en aparente estado de embriaguez un vehículo asignado para su protección. Estos hechos desataron una investigación de la Procuraduría, aumentando la incertidumbre sobre la ética y responsabilidad de quien se supone debe velar por los intereses de Caquetá.

Sumado a esto, en el Hospital Departamental María Inmaculada, bajo la lupa, están millonarios contratos con irregularidades que habrían sido direccionados por Núñez Ramos, lo que ha generado un ambiente de desconfianza y cuestionamientos sobre su gestión y uso de recursos públicos.

Un caso aún más preocupante involucra a la clínica Medical P-Droz NS, empresa que pertenece directamente a Jhon Fredy Núñez Ramos y que está encargada de la entrega de medicamentos de alto costo en Caquetá, destinados a pacientes con VIH, hemofilia, artritis y otras enfermedades crónicas. Se ha denunciado que esta clínica no entrega los medicamentos completos, poniendo en grave riesgo la salud pública de los caqueteños, mientras retiene altas sumas de dinero. Esta práctica le ha permitido a Núñez Ramos quedarse con grandes cantidades de recursos, lo que habría sido la forma para pagar casi todas sus deudas personales, a costa de la salud y el bienestar de los pacientes de la región.

En un hecho que ha marcado profundamente la región, la esposa de Jhon Fredy Núñez Ramos fue asesinada, un trágico desenlace que, según testimonios y fuentes cercanas, ocurrió como consecuencia directa de las fuertes presiones y abusos que él mismo ejercía sobre ella. Esta tragedia familiar añade una sombra oscura a su figura pública, intensificando las críticas hacia su carácter y cuestionando aún más su idoneidad como líder político.

En el terreno político, la familia Núñez Ramos no solo busca conservar el poder a través del representante, sino que su hijo también aspira a una curul de víctimas, en un intento claro de perpetuar un poder familiar que, según críticos, amenaza con monopolizar la política en Caquetá, limitando la transparencia y el desarrollo de la región.

La estrategia del clan Núñez incluye la organización recurrente y cuestionada de audiencias públicas, convocadas con escasa antelación y en muchas ocasiones utilizadas como herramientas para intereses personales o para entorpecer procesos políticos y administrativos. Estas maniobras provocan confusión y desinformación en la ciudadanía, desviando la atención de proyectos cruciales, como la construcción de la doble calzada en Florencia, una obra clave para el desarrollo y la movilidad de la capital caqueteña.

La oposición no ha dudado en denunciar la falta de apoyo a obras fundamentales para mejorar la calidad de vida en Caquetá, acusando a Núñez de poner trabas a iniciativas que buscan el progreso, mientras concentra sus esfuerzos en controlar la contratación y la administración del hospital más importante de la región.

En medio de este panorama, la sociedad caqueteña se encuentra dividida y cuestiona la conveniencia de seguir permitiendo que un solo grupo familiar maneje la representación política y los recursos públicos, o si es momento de abrir espacios a nuevas voces y liderazgos capaces de trabajar por el verdadero bienestar del departamento.

¿Podrá Caquetá liberarse de esta sombra política y avanzar hacia un futuro más transparente? La respuesta, por ahora, está en manos de los ciudadanos en las próximas elecciones.

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