La casa Fundación Caminos de Libertad manejada por el sacerdote Andrés Fernández, a donde fue trasladado Jesús Santrich hace 18 días, se sostenía con un modesto restaurante de comidas diarias. Con la llegada de Jesús Santrich custodiado por el Inpec con un rígido y amplio esquema de seguridad, fue necesario suspender el servicio de comedor que ofrecían y asumir la alimentación del preso. El padre Fernández se siente perjudicado en sus controladas finanzas diarias y tampoco comparte el alimento que le envían al ex guerrillero que está en proceso de recuperación de la huelga de hambre y tiene bajo su responsabilidad su salud. Al fin y al cabo, es huésped de su casa, aunque su deseo es que no se prolongue demasiado la permanencia.
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