Si alguien me hubiera preguntado sobre el ahora municipio de Contratación, en Santander, o si tenía idea de los lazaretos en el país, mi respuesta habría sido negativa. Sin embargo, después de leer La Villa Apacible, del contrateño Wilson Raúl Carreño, me siento como un contrateño más.
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Wilson Raúl es hijo de Contratación, Santander, y posee una sed infinita por llevar las historias de su pueblo a todos los rincones del planeta. Y no es para menos. Al leer La Villa Apacible, comprendemos por qué se le ha llamado "el segundo Macondo". Lejos de ser una imitación del universo literario de Gabriel García Márquez, Wilson Raúl ha transformado lo cotidiano de su tierra en algo placentero de leer. Su narrativa atrapa y nos transporta a un lugar donde lo real se confunde fácilmente con lo imaginario.
No quiero hablar demasiado de las historias contenidas en este libro; basta con decir que son reales. Este texto, más que una crítica literaria, es una invitación a la lectura. Solo leyendo a Wilson Raúl se puede entender por qué, al finalizar sus libros, surge una necesidad ineludible de querer conocer Contratación, al sur de Santander. Raúl es un escritor contemporáneo que apenas en 2021 lanzó su primera obra literaria, ¿Por qué la luna no sale en la ciudad?. Un año después, en 2022, publicó La Villa Apacible, un libro que relata las historias de los habitantes de Contratación, quienes sufrían de la enfermedad de Lázaro y fueron exiliados por el Estado, que los consideraba enfermos.
Los contrateños, como se llama a los habitantes de Contratación, nunca quedarán en el olvido gracias a las historias que Wilson Raúl ha logrado plasmar de forma magistral en sus libros. Su narrativa es hipnótica, despierta una sed por saber más, por entender por qué esas personas, enfermas de lepra, desafiaron la muerte y el olvido para crear su propia resistencia. La Villa Apacible está llena de historias inspiradoras y conmovedoras, que nos recuerdan que, sin importar lo que enfrentemos, seguimos siendo humanos, con sentimientos y sufrimientos.
Wilson Raúl Carreño tiene un don con las palabras. En él hay una necesidad imperiosa de que el mundo conozca las historias de Contratación y sus habitantes. Sus libros son un testimonio histórico de lo que sucedió en uno de los lazaretos de Colombia, de cómo sus habitantes fueron tratados, del desprecio y el olvido que sufrieron. Tanto así, que durante años se les pidió que negaran su origen y evitaran mencionar el nombre de Contratación.
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