¿Cómo es que la historia se mantiene? ¿Cómo nadie es capaz de olvidarla? Esta se queda en las viejas páginas de un libro amarillento, se queda en la memoria de un viejo que cada que puede se la cuenta a sus nietos o se queda en una gran instalación en donde cada rincón demuestra con pruebas y objetos cada paso que tuvo que vivir el ser humano para fundar lo que hoy en día conocemos como hogar, ciudad y país. Las diferentes civilizaciones abarcaron diferentes territorios, tanto selvas interminables como bosques y llanuras.
Lea también: Tres museos que son joyas escondidas en Bogotá; uno tiene hasta momias
Toda esta aventura comienza en el gran Museo del Oro, la sede que fue construida en 1968 sobre los lotes de dos antiguas casonas, donde en una de ellas funcionaba la famosa Librería Central y en la otra el Hotel Palermo. Su construcción correspondió a la firma de Esguerra, Sáez, Urdaneta y Samper, con la intención de resguardar y preservar los objetos de orfebrería precolombina colombiana. El museo cuenta con un moderno edificio, donde tres pisos están dedicados a mostrar la colección que ya cuenta con más de 26.000 piezas, más otras de cerámica y otros materiales.
Hasta me tome el atrevimiento de hablar con un animador pedagógico del lugar para que me brindara su punto de vista y la intención que se tiene para que visiten este tipo de infraestructuras. Él nos comenta que el propósito fundamental es darnos cuenta de que nuestra diversidad a estado presente desde antes de los procesos de conquista y que además debemos cambiar esa perspectiva que se tiene hacia los materiales como lo es el oro, el cual tiene un valor económico y se puede llegar a confundir como un tesoro precioso, que su principal valor consiste en ser objeto histórico que hace parte del patrimonio cultural Colombiano. Me llenó de ternura también el ver que este sitio es una de las atracciones más visitadas por extranjeros. Al entrar hasta llegué a confundirme en si estábamos en Bogotá o en Estados Unidos por la enorme cantidad de turistas que estaban ese día.
Además me pareció fabuloso el hecho de que en cada espacio del museo se encontraba una traducción al ingles para que nadie se perdiera de la experiencia de conocer estas historias que abarca el conocimiento del oro. Incluso se contaba con un guía que hablaba el ingles con mucha fluidez y les brindaba información extra sobre cada planta vista. El Museo del Oro también cumple una función educativa y cultural para las personas que visitan el lugar, pueden aprender acerca de la historia, la cultura y la tradición de los pueblos prehispánicos, ya que el valor que tiene el Museo va más allá del material que se exhibe, ya que contribuye a la preservación de la identidad y el patrimonio cultural de Colombia.
Por esta razón puedo decir que la historia nos recuerda que cada acción y cada decisión, por más pequeña que sea, tiene el poder de transformar el mundo en el que vivimos, y es nuestra responsabilidad aprender de ella para crear un futuro mejor para todos.
En su primer piso encontramos lo que es la historia del trabajo de los metales.Fue inventada en épocas distintas y en diversos lugares del planeta. En Anatolia, la China, la región de los Grandes Lagos de Norteamérica y en los Andes Centrales. Algunos como en Sudamérica, se difundieron sobre amplios territorios. La tecnología de la metalurgia se entrelaza con la cosmovisión, la política, la economía y la organización social. En cuanto a materiales, las técnicas de manufactura y la organización de la producción, lo hicieron no solo bajo la influencia de requerimientos técnicos, sino también y principalmente por factores culturales y sociales.
REGIÓN CALIMA
En esta etapa me enseñaron las maleabilidades y trabajos que se realizaban en dicha época conforme al oro. Cuenta la historia que un orfebre del Valle del Cauca presionó siete delgadas láminas de oro sobre un caracol marino, causando que estas se fundieran en la capa exterior de dicho animal cubriéndolo en su totalidad, tornando su color pálido a un dorado sólido. La concha natural se deterioró, pero el oro conservo su forma, haciendo el trabajo de un molde.
En la siguiente sección, tomando el rumbo hacía Perú y Ecuador se pudieron encontrar las primeras evidencias metalúrgicas del continente: cuencas de collar hechas en láminas de oro que datan del 2100 a.C. Muchas de las piezas expuestas estaban totalmente adornadas en oro, muchas eran objetos decorativos como collares, brazaletes, cuellos, pero otras ya eran objetos de cerámica, vasijas, platos y figuras humanas.
Al terminar el recorrido por la primera planta el guía nos indicó la importancia que tuvieron los mineros y los orfebres. Nos comentó que fueron especialistas respetados y estimados por conocer los secretos de la tierra y los medios para extraer los metales. Sin embargo, que los orfebres ostentaron también una condición doble, al combinar en su trabajo conocimientos técnicos y sobrenaturales; muchos de ellos ejercieron como líderes religiosos y hasta políticos. Es decir, trabajaban duro pero también por ese trabajo tan arduo los consideraban líderes. Lo que hoy en día es todo lo contrario, los reyes se sientan a ver como los de abajo se ensucian y trabajan hasta el amanecer sin tener ningún tipo de reconocimiento. No aprendimos nada de nuestras raíces.
LA MINERÍA Y SU BENEFICIO
Entrando a la planta de la minería me topé con una mesa gigantesca en el centro, donde estaban colocadas las herramientas que se utilizaban en esta actividad. Por ejemplo, se construyeron diques y canalones para desviar las aguas cristalinas y lavar los materiales de las playas. El guía nos explicó como ellos lidiaban con los momentos del clima, en la época de invierno, los mineros atravesaban redes en los arroyos para atrapar granos de oro que la corriente arrancaba de las montañas.
En dichas regiones se utilizaba lo que era el proceso del trueque. Gracias al intercambio de productos muchos pueblos que no practicaban la minería podían adquirir los metales necesarios para su trabajo orfebre. Como dato curioso me enteré de que en la naturaleza es posible hallar los metales en estado nativo, listos para ser trabajados. Sin embargo, como en el caso del cobre, es más frecuente encontrarlos como minerales y óxidos que se deben fundir al fuego dentro de hornos en atmósferas reductoras, es decir, sin oxígeno, para extraer el metal.
Este proceso es el beneficio de los metales. Ya llevando este paso por la historia de los metales a un segundo nivel, pasamos al arte de la orfebrería.
EL ARTE DE LABRAR OBJETOS EN METALES PRECIOSOS
En este punto las exhibiciones eran totalmente en oro, una que otra eran piedras con las que trabajaban el material. Algunas eran láminas de oro, figuras de animales y hasta rostros tallados. Los orfebres materializaron su destreza y su conocimiento sobre las características físicas y químicas de los metales en la gran diversidad de técnicas de manufactura usadas en la orfebrería prehispánica de Colombia. Pero lo que es la plata técnicamente se usó solamente en el altiplano nariñense, por la influencia cultural de los Andes Centrales.
Con aleaciones de cobre y plata, se elaboran narigueras, orejeras, recipientes y diademas. Verlas me causaba mucha curiosidad porque no les encontraba la manera de ponerlas, es decir, muchas de ellas se consideraban prestigio. Las personas que utilizaban las narigueras lo hacían para diferenciar su rango con el de otros, también para diferenciarse de otras civilizaciones o tribus.
Pero incluso existen materiales como lo es la cera que también podía ser transformada al metal. Escuchar eso realmente admito que me hizo explotar la cabeza. ¿Cómo es posible que de un material que se ve viscoso, algo líquido a veces, puede volverse un metal?
LA CERA: TODO ELEMENTO PUEDE LLEGAR A SER ALGO MÁS
En el territorio actual de Colombia la orfebrería prehispánica se distinguió en Suramérica por el predominio de la fundición a la cera. Los orfebres fueron maestros para crear adornos y recipientes que modelaban en cera son sus manos y luego eran transformados en metal. Pero cabe aclarar que dicho material se obtenía de las colmenas, es obvio ¿De dónde más?, de abejas sin aguijón, o abejas angelita, dato que también me impresiono pues creía que solo existía la especie de abeja que tiene aguijón, una característica muy puntual de lo que se conoce como abeja.
En Colombia, las diversas especies se encuentran desde el nivel del mar hasta los 3.400 metros, en especial en los bosques húmedos. Ya en esta planta se pudo detectar el cambio de color de las piezas y en algunas fue impactante ver aún muchas huellas digitales, que como me explicó el guía, quedaban impresas en los diferentes colgantes de metal que hicieron pensar a los europeos que los indígenas amasaban y modelaban directamente el oro. Estas huellas quedaron en los modelos usados en el vaciado a la cera, dejando con ellos los rastros de una civilización. Como dato importante, con la cera se podía manejar un proceso de moldeado perfecto, puesto que se podía crear la figura que se deseara. Los orfebres tenían la facilidad de combinar materiales como el oro y el cobre y realizar adornos en modelos en cera.
También, se tienen historias y sucesos que cuentan que durante el proceso de fundición fueron frecuentes los accidentes: la falta de materia prima, las temperaturas muy bajas o muy altas al momento de trabajar, entre otros. Por otro lado, el sistema de reciclaje siempre estuvo vigente desde tiempos inmemorables puesto que las limaduras, los desechos y algunos objetos defectuosos se fundían para reutilizar el metal. En el siguiente piso llegamos a mi área favorita, todo lo relacionado a ofrendas y cual era la importancia del chamán en dichas civilizaciones. Las más destacadas fueron Tumaco, Calima, Nariño, San Agustín, Tolima, Quimbaya, Tairona, Muisca y Urabá (Chocó).
LOS CHAMANES Y SU CONEXIÓN CON LOS ESPÍRITUS
Esta parte del museo me pareció muy curiosa, la manera en la que estaba ubicada la información te hacia ir obligatoriamente en círculos, era como estar en un laberinto que en cada abertura tenía datos sobre el chaman y las piezas que solía usar.
Una que llamo mi atención decía que el chamán volaba a otras dimensiones del cosmos para comunicarse con los espíritus. Este les consultaba sobre las enfermedades y el futuro, aprendía cantos y bailes, negociaba con peces y animales de cacería con sus “dueños”. Esto lo entendí por el lado de que siempre se supo que ellos eran muy devotos a la naturaleza, a los dioses, a agradecer por todo lo que se les proporcionaba como lo era la lluvia, el agua del río o incluso carne que venia de algún animal. Es lógico que siempre pidieran permiso para disponer de dichas cosas.
Otra hablaba de lo que los chamanes debían usar como prendas de vestir. Por ejemplo, usaban máscaras y objetos imbuidos de poderes y significados. Tenían maracas y varas sonajeras que hacían, por más loco que suene, reproducir a los animales, las plumas purificaban el cuerpo y los bastones alojaban a los espíritus auxiliares.
Por eso se dice que ellos son los encargados de entregar las ofrendas, puesto que los sabios son los que deben devolver el orden al mundo, por medio de este proceso restauran el equilibrio y hacen que la vida siga su curso. Llenaban una balsa con todo el oro posible, esmeraldas y ofrendas que el pueblo quisiera brindarles a los espíritus. Luego el chamán en la balsa iba arrojando cada elemento al río mientras pactaba con la naturaleza la renovación de la vida.
Esto es un proceso que para muchos, hoy en día, podría parecer un desperdicio de riquezas en entes o ideas que no son reales. ¿Dioses, espíritus? ¿En que estaban pensando? Pues, aunque muchos digan que eran tontos por hacerlo, ellos poseían una conexión con todo lo que les rodeaba, una conexión que para ellos era tangible y fueron los más agradecidos por ello, por cada cosa que obtuvieron y puede que si haya sido real y el tener estos datos y estas piezas como evidencia nos hace ver el gran poder que ellos mantenían, un poder que nosotros jamás lograremos poseer ni entender.
El recorrido claramente me aportó un montón de conocimientos e historias que no conocía sobre mi propio territorio. Además de la gran orfebrería que se logró conseguir y que se preserva para nunca olvidar de donde venimos.
Anuncios.
Anuncios.