"A ustedes les agradezco todo lo que han hecho por salvar mi vida, pero estoy cansado del comportamiento del gobierno, de la doble moral del Estado. Aquí, donde se crían y engordan las mejores vacas y caballos del Presidente de la República, donde él considera que es el sitio más seguro, a un periodista lo quieren matar y desestabilizar por decir la verdad y mostrar esa otra cara del departamento que no aparece en los grandes medios promocionales"
Con estas palabras dirigidas a los miembros de la Federación colombiana de periodistas, el periodista Clodomiro Castilla, el director de la revista El pulso del tiempo advirtió, hace cuatro años que su asesinato venía en camino y parecía inevitable. Su premonición iba dirigida al director y propietario del periódico El meridiano de Córdoba, William Salleg Taboada, quien según Clodomiro quería cobrarle el haber dado a conocer una grabación de Salleg con el paramilitar
Clodomiro era reportero radial, investigador y testigo de la parapolítica en el departamento de Córdoba, un periodista que causaba polémica debido a las fuertes críticas que en su revista notificaba en contra de personas de la vida pública del departamento de Córdoba. Siempre aportaba pruebas. Fue así como se volvió una persona muy incómoda para muchos que veían la necesidad de hacerlo callar, como finalmente lo lograron.

Clodomiro Castilla
Clodomiro era el combativo periodista, al que un sicario le disparó ocho tiros mientras se dedicaba a leía tranquilamente un libro en la terraza de su casa. Un comunicador nato y amigable como pocos, a quien algunos consideraban un hombre brillante, que se había descarriado y llevaba una vida desordenada. Había personas que lo tildaban de loco debido a su sensibilidad por las problemáticas sociales, y otros lo consideraban un lumpen, que dañaba la reputación del gremio y del oficio.
Da tristeza recordar la manera cómo El meridiano de Córdoba, el más importante de la región reseñó su asesinato, sin conmiseración alguna. La redacción policial del escarbo el pasado judicial de Clodomiro, para inventariar los tropezones que había tenido en su vida, presentando un trayectoria vital en la que quedaba más como un individuo tenebroso, ligado al mundo del bandidaje y de los bajos fondos. Al parecer querían también “desaparecerlo moralmente”. sepultando de un plumazo la valiente labor del hombre maduro que, a pesar de los riesgos que implica ejercer un periodismo crítico en Córdoba, escogió el escabroso camino de la crítica y las actitudes polémicas en el ejercicio de su profesión.
A partir de su muerte las investigaciones avanzan cada vez más lentas. Mi hermana Tania Castilla quien decidió acogerse al asilo político que le brindó el gobierno de Francia, reclama celeridad en el proceso para esclarecer el crimen, mientras yo, Mauricio Castilla sigo buscando ejercer el periodismo como mi padres a pesar de los múltiples obstáculos. He ejercido el periodismo radial que me también me generó persecución hasta por el mismo gremio e incluso fui censurado. Formo parte de un del programa de televisión Llamado verdades y opiniones, que expone las problemáticas sociales del departamento de Córdoba, que considero que es el mejor homenaje que le puedo hacer a mi padre. Nuestra familia, solo espera que este crimen no quede impune.
Anuncios.
Anuncios.
