En pleno corazón de la Ceja, Antioquia, se exalta la Institución Educativa María Josefa Marulanda, guardiana de una joya arquitectónica, que ha sido testigo silencioso por décadas de historia: su capilla. Construida para brindar un espacio espiritual a estudiantes, padres de familia y docentes.
En sus primeros años, la presencia de comunidades religiosas, como la comunidad de las religiosas Salesianas, dentro de la Institución Educativa, impulsaban la vida espiritual diaria con misas, cantos, asambleas y oraciones. Sin embargo, el tiempo cambió: la comunidad religiosa se retiró y la capilla quedó bajo la custodia de los docentes, directivos de la Institución pública de la María Josefa Marulanda, que continuó abriendo sus puertas, para las misas de los primeros viernes de cada mes, a los estudiantes, docentes, y una que otra celebración de primera comunión privada de algún estudiante del mismo plantel.
En medio del deterioro del techo, y la falta de apoyo municipal, la histórica capilla de la Institución Educativa MAJOMA, enfrenta un momento crucial. Entre misas de primeros viernes de cada mes, promesas, y decisiones pendientes, la comunidad educativa busca salvar este espacio antes que sea demasiado tarde.
La Capilla MAJOMA símbolo de fe y tradición enfrenta hoy una amenaza silenciosa: el deterioro de su techo con cáncer de polilla, filtraciones y humedades en techo y paredes, han encendido de nuevo, las alarmas en los estudiantes, docentes, padres de familia y directivos del plantel quienes, ante la falta de pronta gestión y respuesta de la administración municipal, buscan estrategias para recaudar fondos que permita su sostenimiento.
Cuando el cronista docente se enteró primero por boca de un estudiante de grado Undécimo, quien comentó en medio de un café, que una mujer madre de familia, se presentaría como la nueva sacristana, y tiempo más tarde, cuando la presunta sacristana se acercó directamente al docente cronista para manifestarle: -"Yo soy la que voy a encargarme de la sacristía; cuando tenga unas horas libres, me indica el manejo de la sacristía".
Ante esto, el cronista docente, confirmó lo que le había expresado el estudiante y preguntó, a la futura sacristana: ¿y ya hablaron con el párroco?, la mujer guardó silencio y se retiró.
Horas después, de terminar la jornada escolar, el cronista reflexiona estando en su casa, con cierta incomodidad: "el asunto me fue comunicado por terceras personas y no directamente por la rectora del plantel, doctora Sandra Toro Jaramillo".
La presunta nueva sacristana, también comunicó al cronista que ella se encargaría de las misas externas a la jornada escolar, lo que abre un nuevo punto de debate, en torno a la autorización y manejo de la capilla. Si finalmente el docente cronista, debe entregar las copias de las llaves o llaves, a la nueva sacristana, lo hará únicamente por orden escrita de la rectora Jaramillo, dejando constancia en su oficio.
Terminada la reflexión, el cronista desde su casa, realizó una llamada telefónica al párroco de la parroquia de la Santa Cruz, quien ejerce junto con los sacerdotes de la pastoral, la capellanía del plantel MAJOMA, y el docente cronista, quien como miembro activo de la pastoral escolar, en su deber le expresó al párroco, lo que se pretendía hacer con la capilla, el párroco por medio de comunicación telefónica expresó:" la capilla, al no contar en la actualidad, con comunidad religiosa habitando la Institución, no debería destinarse para eventos con fines de lucro.
Según explica, la normativa canónica, regula este tipo de usos, señalando que, los lugares sagrados deben conservar su función principal y no destinarse a actividades ajenas al culto institucional, salvo que medie autorización expresa(Cánones 1210 y 1222 del código de derecho canónico)".
Sin embargo, el objetivo de los directivos es claro, al pretender permitir que lo recaudado en las misas y celebraciones extracurriculares y asistidas por la nueva sacristana, sirva para evitar que la capilla colapse y que con el recaudo de misas y celebraciones de sacramentos, o aniversarios de misa de difuntos, la capilla se sostenga, ya que hasta el momento la administración municipal, en el presente no se ha reportado con algún rubro destinado a reparaciones y mantenimiento de la planta física, de las instituciones educativas.
Aunque la anterior administración tanto la municipal y la administración escolar de la MAJOMA, periódicamente realizaba reparaciones locativas, suministros de escritorios en las aulas, pintura periódica de las paredes internas y externas de las aulas, y del muro de figuras geométricas a la Institución Educativa, en la actualidad, se presencia aulas con escasos escritorios para los estudiantes, el muro de figura geométrica muy deteriorado, una biblioteca que se extinguió, muros de la sala de docentes y cocinita con grandes humedades, etcétera.
En palabras más sencillas: aunque la Intención de los directivos sea noble, salvar una capilla que es patrimonio espiritual educativo, el procedimiento debe ajustarse a la normativa canónica. El futuro de esta capilla MAJOMA, entonces, no solo depende de la voluntad de la comunidad educativa, sino también la administración municipal y de la comunión con la disposición de la parroquia de la Santa Cruz.
Mientras tanto, el párroco de la parroquia de la Santa Cruz, permanece a la espera de reunirse con los entes de la administración municipal y las directivas del plantel educativo, para definir pronta solución y futuro de la capilla.
Lo más preocupante, según la comunidad educativa, es que, el cuatrienio de mandato de la actual administración municipal cejeña, está a punto de terminar, y hasta la fecha no se ha tomado medidas concretas, para la reparación del techo de la capilla.
Lo que está en juego no es solo el edificio de la capilla, sino un espacio con valor espiritual, histórico y comunitario para la Ceja.
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