El vendedor de tintos callejero que con un Willys del año 53 les compite a Juan Valdez y OMA

El paisa Guillermo Betancourt llegó a Bogotá en 1985 con un carro que le ha servido como local rodante. Hace 8 años vive de café molido de alta calidad

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febrero 23, 2025
El vendedor de tintos callejero que con un Willys del año 53 les compite a Juan Valdez y OMA

Todos los días, desde hace 9 años, un Jeep Willys rojo, modelo 53, llega puntual a las 5:30 de la madrugada a la Calle 31A con Carrera 7, en el centro de Bogotá para que Guillermo Betancourt Zapata y su familia vendan tintos y productos de café que algunos transeúntes dicen que le compiten al poderoso Juan Valdez.

Los clientes de Betancourt Zapata son, en su mayoría, empleados de la Torre del Banco Caja Social, la Dian, la Secretaría de Integración Social del Distrito y de muchos otros establecimientos comerciales y financieros, quienes se acercan a un negocio que, literalmente, anda sobre ruedas.

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La historia de Betancourt Zapata se remonta a 1972 cuando su papá Orlando Betancourt, un vendedor informal en Abejorral (Antioquia), su pueblo natal, le compró el Jeep Willys a un Sargento del Ejército por 62 mil pesos, cantidad que era toda una fortuna, ahorrada a punto de monedas.

Sin pensarlo dos veces, el comerciante nato adecuó el vehículo y comenzó a vender desde un cortauñas hasta un pantalón en esa especie de almacén rodante por los municipios antioqueños. 

Con la idea de seguir progresando, Orlando Betancourt se trasladó a Bogotá en 1985, exploró cómo y qué productos vender en la calle y decidió ofrecer arepas con queso en su Jeep Willys parqueado en el tradicional parque Lourdes de la Calle 63 con carrera 13, en la Localidad de Chapinero.

Para aumentar las ganancias, Betancourt y su esposa Rubiela Zapata, una antioqueña berraca de Fredonia, empezaron a elaborar ellos mismos, productos a base de maíz y arepas rellenas de queso, que se vendían a 1 y 2 pesos. Fueron la sensación, pero 12 años después, sin innovar su producto estrella, las ventas comenzaron a caer y los clientes a escasear.

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En 1997, nuevamente el Jeep Willys fue la salvación de Orlando cuando se le prendió el bombillo y le adaptó al vehículo una parrilla y un cilindro de gas. Trajo chorizos y luego volvió a sonarle la flauta cuando empezó a vender arepas con chorizo a $ 700 y así pasaron los días hasta 2010, cuando aparecieron los operativos de la Policía para recuperar el espacio público y las ventas cayeron.

A partir de ese año, de tanto trabajar y madrugar para mantener a su familia, la salud de Orlando Betancourt empezó a deteriorarse como consecuencia de un cáncer de colon del que le fue imposible salir, no pudo volver a trabajar y en 1919, falleció a los 70 años. Dos años más tarde, murió su esposa Rubiela Zapata.

vendedor de tintos

Siete años estuvo parado el Jeep Willys tras la muerte de los padres de Guillermo Betancourt Zapata, a quien también le gustaban las ventas callejeras, pero trabajaba en una empresa de ingenieros como mensajero y luego ascendió a auxiliar de compras sin que la idea de vender café en el Jeep Willys, que le heredó su papá, dejara de darle vueltas en la cabeza.  

El Jeep permanecía guardado en un garaje, tenía problemas mecánicos, papeles vencidos y no había dinero para ponerlo a funcionar de nuevo. En 2016, tomó la decisión de retirarse de la empresa y migrar a Estados Unidos para reunir la la plata suficiente y poner a andar el carro.

Trabajaba en construcción, mandaba dinero para arreglar el Willys, pero el mecánico siempre le decía que la plata no alcanzaba y así pasaron seis meses hasta cuando decidió regresar a Bogotá para apersonarse de la herramienta de trabajo heredada de su padre.

Continuó con la idea de montar un nuevo negocio donde usar el carro fuera lo fundamental, pero con productos distintos a los que vendió su papá como las arepas, chorizos, bocadillo y merengón. En ese entonces, él quería posicionar la venta de café o tinto.

Sin dudarlo más, el vendedor de tintos invirtió 70 millones de pesos para poner el Jeep Willys en funcionamiento y hacerle algunas modificaciones como levantar la carrocería, arreglar el chasis, pintarlo, reparar el motor y comprarle llantas nuevas para que estuviera a la altura de un verdadero yipao cafetero.

Con el vehículo a punto, le montó una máquina capuchinera de 15 litros fabricada artesanalmente en Pereira en la que el café queda muy bien preparado y con buen sabor.

café traído desde las montañas de Pereira, se vende en las calles de Bogotá en este Jeep Willys

En 2017, Betancourt salió con su herencia a las calles de Bogotá a hacer realidad su sueño de vender tinto en Jeep Willys e inició su negocio en el mismo punto donde empezó su papá en 1985: el Parque Lourdes.

Allí estuvo durante varios meses y le fue muy regular, buscó otro punto para probar suerte y se ubicó en la Calle 60 con la Avenida Caracas, pero tampoco le funcionó. Siguió moviéndose por varios puntos de Chapinero hasta que llegó a la Calle 31 A # 6 - 90 donde ya lleva 9 años ofreciendo sus deliciosos productos a base de café.

En su Jeep Willys modelo 53, Betancourt vende tinto caliente o frío, milo caliente o frío, capuchino y frappé, café montañero y expreso. Estas bebidas las acompaña con galletas, empanadas, sándwich y almojábanas. Los precios oscilan entre los $1.700 y $5.000 es el producto más caro. Los viernes ofrece también arroz con leche y mazamorra paisa.

Todo este trabajo desde hace 9 años se ha convertido en el negocio de la familia Betancourt Bertel, teniendo en cuenta que la esposa de Guillermo, Adriana Bertel y sus hijos participan en la preparación de los productos que venden a más de 200 clientes de lunes a viernes desde las 5:30 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde.

Jeep Willys Guillermo Betancourt vendedor de tintos Bogotá

El café que vende Betancourt en el Yipao bogotano, lo trae directamente de las montañas cafeteras de Pereira, muy bueno y de buen sabor. Para el próximo año, ya está pensando en seguir progresando con la adquisición de una tostadora y un molino para que el negocio sea más artesanal y autóctono.

Este negocio se ha vuelto tan fuerte, que los vendedores de café en Jeep Willys compiten con las grandes tiendas de café como Juan Valdez, Oma y Starbucks por la calidad del producto que ofrecen en las calles de Bogotá.

Por esta sencilla razón, Guillermo Betancourt ha buscado acercamientos con el Instituto para la Economía Social (Ipes) con el fin de explorar una posible formalización de esa actividad y en junio de 2024 realizaron la Primera Feria de los Informales con carros Jeep Willys donde se reunieron unos 10 vendedores en la Plaza la Concordia, tienen en común que venden café en la calle, en distintos puntos de Bogotá y todo marcha sobre ruedas.

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