Víctor Hugo Aristizabal, a mis 39 años, es el jugador más grande que yo vi. Nada que hacer, sabía cabecear, pegarle con las dos piernas, tenía jerarquía. Lástima que en la selección nunca tuvo una verdadera oportunidad. La prensa de Bogotá lo detestaba. Ídolo en San Pablo y del verde de la montaña, Aristizábal es un monstruo. ¿Lo quieren comprobar? Miren sus golazos:
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