Faltaban 13 minutos y el Madrid hacía el ridículo con el Sporting de Lisboa. Perder 0-1 de local en el debut europeo era lapidario para las intenciones de ganar el trofeo. James entró como el último cambio y fue el revulsivo anímico que necesitaba el conjunto blanco, luego del empate, un tiro libre certero, de Cristiano Ronaldo. Otra vez determinante, serio, otra vez Galáctico:
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