En el corazón del Urabá antioqueño, específicamente en el corregimiento de Uveros, municipio de San Juan de Urabá, se esconde un espectáculo natural que pocos conocen, el río rosado de Colombia. Este fenómeno, que parece sacado de un cuento de hadas, ocurre anualmente durante la temporada de verano, cuando las aguas del río adquieren una tonalidad rosa que maravilla a locales y visitantes.
La explicación científica detrás de este fenómeno se debe a la presencia de una microalga. Esta alga prospera en condiciones de alta salinidad y, al florecer, libera pigmentos carotenoides que tiñen el agua de tonos que van desde el anaranjado hasta el rosado intenso, dependiendo de la intensidad solar. Durante la temporada seca, la concentración de sal en el caño aumenta, creando el ambiente perfecto para la proliferación de estos microorganismos.
Los habitantes de Uveros también tienen su perspectiva sobre este fenómeno. Según ellos, las olas que ingresan desde el mar Caribe golpean las raíces de los manglares en el caño, provocando una despigmentación que contribuye a la coloración rosada del agua.
El río rosado de Colombia: una joya turística
Este espectáculo natural ha convertido al río rosado en un atractivo turístico emergente. Cada año, durante los meses de diciembre a marzo, visitantes de diversas regiones llegan a Uveros para ser testigos de este fenómeno único. Además del río, el corregimiento ofrece grandes zonas verdes, ríos y caños ideales para refrescarse, y la proximidad al mar Caribe, donde se puede observar una isla que aparece y desaparece según el comportamiento de la marea.
Para llegar a Uveros desde Medellín, se debe recorrer aproximadamente 483 kilómetros, un viaje que puede tomar alrededor de 10 horas por carretera. Aunque el trayecto es largo, la experiencia de presenciar el río rosado y disfrutar de las maravillas naturales de la región bien vale la pena.
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