A la Izquierda de la Escala
Durante la rendición de cuentas del gobierno del cambio, Gustavo Bolívar volvió a declararse víctima del miserable servicio público. Hace poco ganaba $80 millones como congresista (50 salarios mínimos), donde hizo nada, y no le alcanzaba; estirando su sacrificio, aceptó la dirección del Departamento de Prosperidad Social (DPS), donde recibía $30 millones (20 salarios mínimos), y logró eliminar los subsidios que recibían los “nadie”, antes de Petro.
Tras cumplir la profecía de Cabal, “a trabajar, vagos”, confesó que, “cómicamente”, él y sus colegas de gabinete se llaman los “sin trabajo”. Es decir, se burló de la mayoría de los colombianos, que no tienen contrato laboral, y no siguen creyendo que para reescribir su historia deberían meterse a la política, y corromperse, o protagonizar su propia narcoserie, pues el ascensor social, el mercado laboral, siempre estuvo averiado y ahora se está desplomando.
Realmente parece un embudo que filtra a la dignidad humana. En Colombia hay 40 millones de “personas en edad de trabajar”. De ese total, solo 3/10 tienen suscrito un contrato, con garantías laborales; 4/10, desesperados, se dedican al rebusque y 3/10, desesperanzados, renunciaron a buscar trabajo. Es decir, 7/10 colombianos no tendrán acceso a una pensión, y sus ingresos los condenan a vivir en condiciones desahuciadas o como zombis.
Usando otra metáfora, imagine que la mayoría de los colombianos se despiertan cada mañana, rogando elevar su nivel de vida. Pero la gravedad del colapso laboral es tan pesada que un segmento representativo ni siquiera tiene ganas de levantarse para participar en la apuesta para ganarse 1 empleo.
Los demás se atreven a “participar”. Dado que el ascensor está dañado, optan por hacer un esfuerzo adicional e intentar subir la “escalera” cuyo acceso aparentemente está disponible, que tiene forma de cara piramidal. Note que no hay alguna rampa auxiliar o complementaria, y quedan excluidas muchas personas, impedidas para dar el primer paso, porque son tratadas como si tuvieran alguna discapacidad. El resto prácticamente se queda “ocupando” el primer “nivel”, pues casi nadie cabe en los niveles superiores: contrato laboral, afiliación sindical o cargo de manejo y confianza.
Iniciando este siglo, los expertos en mercadeo idearon un indicador subjetivo y genérico, que no permite especificar las causas, pero sí la probabilidad de que ser leal o desertor de una marca, y recomendar o desprestigiar un producto o servicio: ese es el Net Promoter Score o NPS.
Si le solicitaran evaluar al mercado laboral colombiano, utilizando una escala Likert, organizada de tal manera que a la izquierda pareciera el infierno, y a la derecha el paraíso, ¿dónde estaría ubicada su experiencia reciente, frente a su empleo o búsqueda de trabajo?; ¿cómo calificaría el momento actual mercado laboral colombiano?; ¿cómo percibe la actitud del recurso humano colombiano?; ¿su nivel de capacitación ante los desafíos presentes?; ¿la compensación que ofrecen?
¿Cómo califica la carga laboral en su empleo actual?; ¿en cuál lugar de la escala ubicaría el NPS del BanRepública, el Congreso y la Corte Constitucional?
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