Amamos a James Rodriguez. Aún nos acordamos del golazo contra Uruguay en octavos de final del mundial. Pero no nos llamemos a errores: su nivel no ha vuelto a ser el mismo. En estas eliminatorias ha hecho tres goles y se apaga muy fácil como ocurrió contra Paraguay. Es como si todas esas noches de rumba que le endilgaban en Madrid le hicieran efecto a esta altura de su vida. Es que se arrastra en la cancha no sólo acá, retrovean el partido contra el Paris de Champions y se darán cuenta que tienen razón.
Yo, si fuera técnico de la selección, lo sentaría y metería al espectacular volante de mi Atlético Nacional Mateus Uribe. Volvió de una lesión grave a su nuevo club en América donde es figura. Pekerman no se debe enloquecer. Acá lo más importante es clasificar y el empate nos mete en Rusia. Mejor jugar con tres volantes en primera línea, Uribe, Sánchez y Aguilar, y en segunda Cuadrado y Chará para dejar solo arriba a Falcao que está enchufado. James cae mal en los grupos donde juega y creo que en la selección está sobrando. Hoy al banco de suplentes y clasificamos sin él y con gol de Falcao.
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