La historia no contada de la conquista: los indígenas no fueron solo víctimas ni los españoles villanos

El antropólogo explica cómo los indígenas negociaron, resistieron y también se aliaron con los conquistadores en un proceso complejo, no de buenos y malos

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agosto 23, 2025

Si hay algún estudioso de la relación de los españoles que llegaron a América en 1492  con los pobladores que encontraron y bautizaron como indios es el antropólogo Carl Langebaek, profesor de la Universidad de los Andes, su alma mater de la que ha sido vicerrector académico y decano de la Facultad de ciencias sociales de la que se graduó.

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Pero su mirada es distinta a la convencional de héroes y villanos en la que los indígenas fueron los conquistados, víctimas de la furia conquistadora de los españoles. Se trató más de un encuentro de dos culturas donde hubo enfrentamientos, pero también alianzas y mestizaje, tesis que desarrolla en sus trabajos académicos y en el libro Conquistadores e indios que presentó a raíz de los 500 años de la fundación de Santa Marta, capital de un territorio donde aun sobreviven los arahuacos descendientes de los Tayrona los pobladores con los que se encontró Rodrigo de Bastidas cuando ancló en la bahía y que huyeron a la Sierra para sobrevivir.  

En esta conversación con Juan Manuel Ospina, el antropólogo Carl Langebaek habla de esas historias no contadas sobre la conquista y colonización de América, una visión disruptiva basada en investigación frente a la mirada convencional de una historia mucho más compleja y rica que la que se ha enseñado.

Juan Manuel Ospina: ¿En qué queda la historia? ¿Son relatos que se van construyendo, que se van interpretando, que se van transformando o que por el contrario se escribe una sola vez y no se le cambia una sola coma?

Carl Langebaek: Yo creo que uno como antropólogo recibe una formación que en ciertos ámbitos puede ser un poco incómoda y es que al antropólogo le abren los ojos desde muy pequeño para entender que el mundo puede ser visto de diferentes maneras.

Esto es desde muy entrando a la carrera es obligatorio leer algo que tal vez se ha perdido porque es muy valioso, etnografías de sociedades indígenas que ven el mundo de una forma distinta. Eso por supuesto entiende uno con el paso de los años que aplica a todo en la vida. Que las cosas pueden ser vistas de diferente manera y por supuesto la historia puede ser vista de diferentes maneras.

Ahora creo que en Colombia y en general la historia no la hacen ver de forma terriblemente simplificada a los políticos y de forma terriblemente aburrida e indescifrable a los académicos. No todos, por supuesto. Y se vuelve un conocimiento muy endogámico, muy árido cuando en realidad podría ser y es lo más fascinante que puede haber.

Yo creo que al país si le ha hecho mucha falta que se divulgue lo que ha hecho en el sentido de contar lo que se ha hecho desde diferentes aristas, mostrando que las cosas son más complejas que lo que la gente específicamente, algunos políticos creen y que entender la complejidad de las cosas hoy en día es más importante que cualquier otra cosa. Porque el mundo está cayendo en el extremo de las simplificaciones absurdas de los pensamientos únicos, del pensamiento en blanco y negro. Entonces creo que es un antídoto que necesitamos como sociedad. Que la gente lea y quede con más preguntas que respuestas, más en los tiempos que estamos viviendo. Porque es que las respuestas que se convierten en certezas absolutas nos están metiendo en problemas. Y yo creo que la historia y la arqueología y la antropología y en general todo ese cuerpo de conocimientos sociales tiene unos elementos comunes, que es no llegar a certezas absolutas.

Vea aquí toda la conversación:

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