Horas después de que se difundiera la verdad, que esta monja no pertenecía a ninguna comunidad y que en su barrio, Manrique, de la Comuna 3, era famosa por su racismo, su altanería y trampas, la monja uribista regresó a la plaza minorista de Medellin donde durante años recogió mercados para presuntamente llevárselos a los más pobres, pero lo que en verdad hacía era venderlos y así lucrarse. Pero en su regreso le fue mal y a gritos de "Monja, uribista, fuera de la minorista" la sacaron de la plaza como se ve en estas imágenes:
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