La aprobación de la reforma laboral es un hecho que hay que aplaudir y destacar dentro de un proceso del cambio prometido ¡No fue un hecho fortuito! Dudo que las convicciones hayan primado sobre las presiones que actuaron como Espada de Damocles. Su aprobación no fue una actuación sincera producto de una convicción social y política de parte de la mayoría de los protagonistas comprometidos en sacarla adelante. No. Por lo contrario: la intención inicial fue archivar la reforma y de hecho se logró por cuenta de los 8 famosos congresistas de la Comisión Séptima que ni siquiera la discutieron.
Se podría pensar que en condiciones normales, la conducta anterior de estos congresistas conllevaría que sus causantes fuesen involucrados en un juicio de responsabilidades por haber infringido tanto traumatismo a un pueblo tan sufrido como lo ha sido el pueblo Colombiano. Pero como es corriente no pasará absolutamente nada.
Lo que causó el milagro de su aprobación fue la audaz convocatoria a la Consulta Popular, que actuó como espada de Damocles, que pendía sobre la cabeza de unos congresistas sin ningún compromiso con sus electores ávidos a reelegirse en las próximas elecciones. Así las cosas, corrieron oportunamente a aprobarla. Luego el presidente suavemente retira la espada. Sin rodeos, una de las cosas fue la gran preocupación de no salir reelegidos teniendo el pueblo en contra; esa fue la verdad de este viacrucis provocado por los 8 del patíbulo.
Un poco de historia que nos pone en contexto
En una polis importante de la antigua Grecia llamada Siracusa existía un rey tirano llamado Dionisio I y un Cortesano llamado Damocles; harto el rey por las ácidas críticas que en público propagaba Damocles por su forma tirana de gobernar, el rey en vez de arbitrariamente ejecutarlo -cosa que podía hacer con facilidad- lo llamó a palacio a intercambiar roles.
El cortesano Damocles haría por un día el papel de rey con todos los lujos y privilegios, mientras el tirano Dionisio I lo observaría con sumo cuidado. Pero ojo: Dionisio I el tirano que de bobo no tenía un pelo, puso a pender desde el cielo raso del lujoso palacio, una afilada espada atada a un fino pelo de caballo que apuntaría verticalmente sobre la cabeza de Damocles, plácidamente sentado en el trono. La espada se soltaría con el menor acto de imprudencia gubernamental cometido por el rey por un día, llamado Damocles. De ahí la frase: "pende como espada de Damocles".
La expresión se usa comúnmente para demostrar que ejercer el poder no es fácil y se vive en un peligro constante. Se usa como advertencia que inhibe el cometer errores.
Y eso fue lo que paso localmente: el presidente Petro colocó la consulta popular como espada de Damocles, siendo la consulta la espada que pendía sobre las cabezas de los congresistas. Y ellos en vez de aportar soluciones reales o llegar a acuerdos y consensos con el audaz político, apoderado inteligentemente de la bandera del cambio y la esperanza, ingenuamente caen en ejercer el papel de malos del paseo y como niños que les quitan un bombón, se ponen inútilmente a combatirlo con estulticias como llamarlo drogadicto, loco o borracho sin prueba alguna y sus noticieros inútilmente vomitando mentiras todo el día, cosa que por condición humana y contrario a su propósito despierta solidaridad masiva con el perseguido.
A Petro le gusta la pugnacidad y ha logrado conquistar una base social leal, muy fuerte y grande. Gustavo Petro en las aguas de la disputa política nada mejor. Y la espada de Damocles seguirá pendiendo sobre sus cabezas con una posible Asamblea Constituyente en una especie de revolución permanente. Yo, desde mi humilde opinión madurada por los años vividos, les daría un consejo a estos pésimos políticos llamados de "oposición": cambien de estrategia, bajen la cabeza, no vayan a intentar su eliminación física o su destitución con Lawfares, sería peor, más bien, si no pueden con él, como está plenamente demostrado, únanse a él, bajo la figura de un gran acuerdo nacional y combátanlo con ideas no con noticias de sus noticieros entregados que aplican a la perfección los 11 puntos de la propaganda Nazi de Joseph Goebbels. Combatan a Gustavo Petro, no con elementales y prosaicos Vickys Davilas, JP Hernández o Polo Polos, porque en vez de disminuirlo lo engrandecen y la pela electoral en el 2026 parece va a ser grande, grande, grande.
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