Le asestó uno de los más duros golpes a un artículo del Plan de desarrollo que habilitaba al gobierno a expropiar por vía administrativa
En su más reciente columna dominical, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras incluye a Natalia Ángel, magistrada de la Corte Constitucional, como parte de una aplanadora activada desde la Casa de Nariño para asegurar la mayoría petrista en la conformación del alto tribunal.
En un tono más que suspicaz, el columnista lanza, entre otros cuestionamientos, esta pregunta dirigida a quienes sostienen que con la elección del exdefensor del pueblo Carlos Camargo y la derrota de la jurista vallecaucana María Patricia Balanta se perdió independencia: “¿Qué hacían magistrados de la Corte Constitucional como la doctora Natalia Ángel interviniendo en esta elección?”.
Aunque utiliza el plural, Vargas Lleras solo la menciona a ella con nombre propio, pero es posible que aluda también a Vladímir Hernández y a Héctor Carvajal, ambos sobre cuya cercanía con el primer mandatario no hay duda. Hernández fue secretario jurídico de la presidencia y Carvajal abogado de confianza del primer mandatario.
Su alusión a la magistrada Ángel no ha dejado de causar sorpresas porque a ella no se le reconoce propiamente una tradición petrista. De acuerdo con colaboradores cercanos, ella ha hecho pronunciamientos en abstracto cada vez que hay una elección de esta naturaleza para defender la paridad de género y promover la participación de la mujer en altos cargos de la administración de justicia.
Su posición al respecto no es nueva. En 2023 participó de un estudio orientado por Diana Fajardo, entonces presidenta de la Corte Constitucional, que abordaba el tema de la equidad con cifras precisas sobre su evolución. Recordaba, por ejemplo, que la primera magistrada llegó a la Corte Constitucional diez años después de su creación. La segunda lo hizo en 2009 y la tercera en 2014. La cuarta y la quinta en 2017 y la sexta en 2022. En 2022, y solo de manera transitoria, la presencia de la mujer en la sala plena de la Corte fue mayoritaria en proporción de 5 a 4 frente a los hombres.
Ese estudio, compartido por la magistrada Ángel, concluía además que hicieron falta 30 años para contar a seis mujeres en esa nómina y que la cuota ordenada por ley solo se ha cumplido en la parte intermedia de una pirámide de la nómina de la Rama Judicial, en la que el 54% son hombres y el 35% de las mujeres. Esa franja intermedia corresponde a cargos como el de juez superior del circuito, porque ya en los niveles de magistrados de superior el dominio del hombre es apabullante: 514 magistrados frente a 216 magistradas. En las altas cortes, para el momento del estudio, había 64 magistrados y 28 magistradas.
Ahí se cerraba el paréntesis de la que el exvicepresidente llama “participación en la elección” de la magistrada Ángel, ya que existe evidencia de que sus posturas habituales en la Corte parecen muy lejanas al petrismo que se le atribuye.
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Uno de los ejemplos más grandes para detectar su distanciamiento neutral lo que constituye el fallo que, con ponencia suya, declaró inconstitucional la figura de la “expropiación exprés” con la que el presidente de la República quería dar el impulso de arrancada a su reforma agraria.
En su ponencia la magistrada no solo reprochó la celeridad de la aprobación, pues los senadores no pudieron conocer el alcance de la norma que estaban votando dentro del texto del proyecto de ley del Plan de Desarrollo, sino que salió en defensa de la garantía del debido proceso y la seguridad jurídica en la adquisición de tierras. Bloqueó así la intención del gobierno de hacer expropiaciones por vía administrativa, es decir, mediante decretos o resoluciones.
Así, fue ella quien detectó el ‘mico’ que se escondía entre la jungla del Plan de Desarrollo de Petro, al que el Presidente le había puesto todo el interés.
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