Después de haber estado 85 años en Colombia en el negocio de petróleo y gas la británica cuya presidenta en Colombia es Liliana Gómez decidió suspender las operación en un momento en el que podía ser un jugador importante frente a la escasez de gas que se avecina.
La posibilidad de explotación se gas natural en el sur del Caribe colombiano ha tenido un revés con la decisión de la petrolera angloholandesa Shell de vender su participación en esa zona que fue considerada uno de los mayores descubrimientos en el país. Se trata del 50% que tiene en los bloques Fuerte Sur, Purple Ángel y Col 5 ubicados en aguas profundas frente a Urabá. El otro 50 % pertenece a Ecopetrol, con la que terminaría la asociación que inició en 2020.
Esos pozos fueron los que abrieron las expectativas frente al gas con descubrimientos que fueron recibidos con bombos y platillos por el entonces presidente Juan Manuel Santos. El primero fue Kronos (bloque Fuerte Sur) en julio de 2015, y luego se confirmó la extensión del yacimiento con Purple Angel en marzo de 2017, dos meses después el descubrimiento de Gorgon -1 que dio pie para pensar en la presencia de un cluster de gas.
La magnitud de los hallazgos se estimó en 3 terapíes cúbicos, que para dar una idea basta tener en cuenta que las reservas de gas natural en Colombia al cierre del 2023 eran 2,1 terapíes y alcanzan para para 6 años. Pero estarían a la zaga de Sirius que tiene 6 terapíes en el Caribe frente a Santa Marta.
Para esa época el socio de Ecopetrol era la estadunidense Anadarko, que compró Occidental Petroleum (Oxy) y en 2019 y le devolvió a Ecopetrol los tres bloques, en una estrategia financiera para aliviar la pesada carga de su adquisición.
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Shell tomó en febrero de 2020 los tres bloques a Ecopetrol y tuvo un éxito tres años después, en 2023 al comprobar un hallazgo en Glaucus del bloque COL 5 que reforzó la idea de la provincia gasífera. Dos años después ha tomado la decisión de abandonar el proyecto. Las razones van desde no encontrar la magnitud esperada de gas, hasta los trámites burocráticos y la inseguridad. En Colombia solo le queda COL3, con Ecopetrol, que podría correr la misma suerte de los anteriores.
Por qué se va
Exertos señalan que actualmente hay en mundo una gran oferta de proyectos que pueden resultar más interesantes, además de que el del sur del Caribe tiene un limitante clave que es la falta de un gasoducto hasta tierra firme que puede tomar hasta una década su construcción.
Recientemente Shell también salió de Namibia, pero dio luz verde al proyecto de aguas profundas en la Cuenta de Santos frente a Rio de Janerio donde Colombia tiene 30 % del Consorcio Gato do Mato en el que Shell es operador con el 50 %. Un negocio que le garantizaría tres años de gas natural a Colombia.
La salida de Shell hace mella en la seguridad energética colombiana , en la soberanía energética y en la inversión de hidrocarburos, que el gobierno ha trancado con decisión de no firmar nuevos contratos. Ya han dejado el negocio en Colomba en los últimos años, Repsol, ExxonMobil, Chevron, Cepsa y ConocoPhillips.
La británica que opera en Colombia desde hace 85 años se quedaría con la comercialización de lubricantes y venta de combustibles por medio de Biomax. La decisión se da en momentos en que sus resultados financieros tuvieron números rojos en 2023-
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