A las horas de nacido en un hospital del sur de Bogotá, por un descuido médico, Carlos Olarte perdió la visión. Tiene 29 años y la ceguera no lo ha humillado. Experto en dark metal, apasionado de series como Los Soprano y La casa de papel, cumple citas en cualquier punto de la ciudad desafiando lo más duro que tiene Bogotá: transportarse en TransMilenio.
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