Lo que las élites llaman 'indiamenta' es en realidad la resistencia de un pueblo con el que no pudieron

La “indiamenta”, insulto de élites, simboliza la resistencia indígena que ha defendido tierra, agua y dignidad frente a siglos de despojo y desprecio

Por: Stella Ramirez G
agosto 15, 2025
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Lo que las élites llaman 'indiamenta' es en realidad la resistencia de un pueblo con el que no pudieron

En el lenguaje de las élites, hay palabras que no son simples insultos: son armas. Indiamenta es una de ellas. Su origen se hunde en el periodo colonial, cuando los españoles usaban indio como sinónimo de salvaje, flojo o atrasado, y añadían el sufijo despectivo para rebajar aún más la dignidad de quienes habitaban estas tierras antes de la llegada de la cruz y la espada. Durante siglos, la palabra fue repetida en salones de poder, documentos oficiales y conversaciones de sobremesa entre terratenientes, siempre como un recordatorio de jerarquía: ellos arriba, los pueblos indígenas abajo.

Alguna vez escuché a alguien de la élite decir sin pudor, con la voz cargada de burla: “Hoy es el día de la indiamenta”. La sala, llena de trajes elegantes, soltó una risa cómplice. Nadie ahí se inmutó ni yo, mi disculpa tal vez fue, estar muy chiquita y solo era una estudiante y decir algo delante de semejante -jauría- me asustó.

Nadie pensó en lo que esa palabra guarda: siglos de desprecio, de saqueo y de muerte.

Pero lo que para ellos es una ofensa, para la historia es un título de honor. Porque esa “indiamenta”, como ellos la llaman, fue la que resistió la espada y la cruz; la que defendió sus montañas, sus ríos y sus lenguas con uñas y sangre. Los primeros en levantarse contra el invasor, y los únicos que han mantenido viva la idea de que la tierra no es mercancía, que el agua no se vende, que la vida no tiene precio.

En el Cauca, en la Sierra Nevada, en el Amazonas, esos pueblos han enfrentado gobiernos, terratenientes, paramilitares y multinacionales. Han sido desplazados, asesinados, calumniados. Y aun así, han sobrevivido. Cada minga, cada guardia indígena, es un recordatorio de que su historia no está hecha de sumisión, sino de resistencia.

Las élites —las mismas que se ríen del término que inventaron para humillarlos— han saqueado sus territorios y han intentado borrar sus culturas. Pretenden que agradezcan las migajas que llaman “progreso”, mientras ellos se quedan con el oro, la tierra y el agua.

Este Día Internacional de los Pueblos Indígenas no se conmemora a la “indiamenta” como ellos la entienden. Se honra a un pueblo que nunca dejó de existir, a pesar de todos los intentos por desaparecerlo. Un pueblo que nos recuerda que la dignidad no se negocia y que el poder real está en las raíces, no en los palacios.

Y esta historia no es solo colombiana. En todos los continentes, los pueblos originarios han enfrentado el mismo patrón: desprecio, saqueo, despojo. Pero también han demostrado la misma fuerza: la memoria como raíz, la conexión con la naturaleza como poder, y la certeza de que la vida no se gobierna, se cuida.

“Wët wët fxizenxi” —seguimos caminando—, dicen en nasa yuwe. Y así seguirá este pueblo, caminando sobre la memoria de sus ancestros, hacia un futuro que no será dictado por las élites, sino tejido por sus propias manos. Mi respeto y admiración por estos valientes pueblos en su día.

También le puede interesar:

Anuncios.

Anuncios.

0
Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus