La tarde del lunes 24 de enero era una más de entreno para Egan Bernal, hasta que un accidente lo cambió todo. Se estaba preparando para enfrentar el Tour de Francia y la Vuelta a España. Vivía un gran momento y muchos consideraban que era el único capaz de arrebatarle títulos a Tadej Pogacar, un joven ciclista esloveno que estaba arrasando en todas las competiciones.
Egan había escogido la vía Bogotá-Tunja para entrenar, gracias a la libertad que Ineos, su equipo, le había dado para prepararse. Todo apuntaba a que el bogotano volvería a repetir la hazaña lograda en 2019, siendo el ganador más joven del Tour. Su mente estaba enfocada en ello; no había cabida para otra cosa distinta a las competencias en las que estaría.
Su concentración era tal, que no logró ver aquel bus intermunicipal que, por poco, acaba con su vida. Lo trasladaron rápidamente a la Clínica Universidad de La Sabana, la más cercana a donde estaba pedaleando. La noticia rápidamente se esparció por el país, y el parte médico no era nada alentador. Conforme pasaban las horas, la información que se conocía era más desgarradora, y en la mente de muchos solo había un pensamiento: "Egan no volverá a competir".

Ahora, el ciclista dependía de las manos de los médicos que lo atendieron y que hicieron hasta lo imposible por salvar a la promesa colombiana. Es en este punto donde entran Gustavo Uriza y Andrés Hernández, los dos hombres que pusieron a punto al bogotano y lo volvieron a llevar a la gloria.
Gustavo Uriza, el neurocirujano que le curó las fracturas y lesiones a Egan
Tras el accidente, se llegó a temer por la vida de Egan, o que no pudiera recuperar su capacidad para moverse por sí mismo. Ante esta situación, el ciclista tuvo que ser sometido a múltiples cirugías en tan solo 12 horas. El parte médico señaló que Egan sufrió un trauma de cráneo leve, una fractura de columna cervical no desplazada, perforación del pulmón con presencia de aire y sangrado en la cavidad torácica, fractura de las vértebras torácicas T5 y T6, y fractura tanto del fémur como de la rótula derecha.
Ahí es donde entra Gustavo Uriza, un reconocido neurocirujano que, de hecho, es referente en este campo en Colombia. Este médico hace parte de la selecta lista de 50 profesionales en Colombia que recibieron el Top Doctors Awards 2020. Un duro en su campo, que tenía la tarea de sacar adelante al ciclista bogotano. Al final, el doctor lo logró, y las intervenciones quirúrgicas dieron resultado. Una semana después del choque, Egan estaba subiendo fotos en su Instagram, mostrando su cuerpo destruido, pero con todas las ganas de salir adelante.
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Uriza estuvo durante todo el proceso de recuperación del bogotano y aseguró que era un milagro. Apenas 120 días después del incidente, Egan Bernal estaba listo para retomar algunos entrenamientos, y todas las fracturas habían sanado. La resiliencia del joven ciclista sorprendió a todos, pues nunca en la historia se había registrado una recuperación tan buena ante lesiones de esa magnitud.
Aunque Uriza fue clave, no estuvo solo en la misión de llevar a Bernal de vuelta a las competiciones internacionales. Un zipaquireño acompañó a la joven promesa y se convirtió en una pieza fundamental del regreso de Egan.
Andrés Hernández, el humilde fisioterapeuta que puso a volar a Egan Bernal
Tras levantarse y empezar los ejercicios de recuperación, Egan buscó al mejor. Fue así como dio con un joven nacido en Nemocón, que no era muy conocido, al menos para él. En Zipaquirá, sin embargo, era un hombre querido y conocido por sus cualidades para ayudar a la gente a recuperarse. Un amigo suyo de toda la vida se lo recomendó, y Bernal puso su proceso en las manos de Andrés Hernández.

Con un solo día de trabajo, Egan logró grandes avances, llegando incluso a recomendar a este fisio a su equipo, el Ineos. Un trabajo intenso con este hombre puso al ciclista colombiano en punta, y tan solo 8 meses después del accidente, volvió a pedalear. Su primera gran competición al regresar fue el Tour de Dinamarca, donde solicitó de nuevo el apoyo de Andrés, al sentir algunos corrientazos en su espalda.
El joven de Nemocón siguió acompañando al ciclista que creció en Zipaquirá. Aunque poco después, al participar en la Vuelta a San Luis de Argentina, Egan sufrió una dura caída que trajo de regreso los fantasmas del pasado. Nuevamente acudió a Andrés, con quien trabajó intensamente para volver a ser protagonista de competencias reconocidas del ciclismo, y lo logró. El bogotano consiguió meterse en el top 10 del Tour de Romandía y en el Tour de Hungría.
Aunque hoy en día la competencia se ha hecho más intensa, Egan Bernal vuelve a levantarse y demuestra que aún tiene mucho por mostrar. En el emocionante Giro de Italia de este año, el pedalista ha logrado meterse de nuevo en el top 10, aunque una caída lo sacó momentaneamente de este listado, pues parece que todavía tiene piernas para seguir escalando posiciones en las próximas etapas. Una figura resiliente que se ha convertido en un milagro viviente, siempre queriendo más.
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