Esposas, hijos e hijas, hermanos y nueras de siete de los 22 magistrados actuales de la Corte Suprema fueron contratados por Carlos Camargo cuando fue Defensor del Pueblo, según revela una investigación de La Silla Vacía.
En la extensa lista de aspirantes a la magistratura de la Corte Constitucional hay nombres que están de relleno, no porque lo quieran, sino porque se necesita simular pluralidad. Pero hay uno que suena como campana desde hace meses: Carlos Camargo, el exdefensor que nunca se fue del todo, al que las autoridades no han querido investigar por denuncias contra él.
Su campaña no empezó con la convocatoria oficial, sino mucho antes, cuando aún firmaba contratos que beneficiaban a despachos clave y acumulaba favores que hoy comienzan a rendirle frutos.
Mientras tanto, aspirantes juiciosos, aplicados, con experiencia y preparación real, entregan sus hojas de vida con la esperanza de que sean leídas, evaluadas y consideradas. Pero en muchos casos, lo que reciben a cambio es burla institucional: sus méritos sirven solo para maquillar un proceso que ya tiene nombre propio desde el inicio.
Dicen que el proceso es serio: hojas de vida, análisis, entrevistas. Pero puertas adentro ya suenan aplausos anticipados. Todo indica que Camargo no está concursando: lo están llevando de la mano. Mientras los demás hacen méritos, él hace llamadas.
El guion sigue su curso: en agosto se entrevistará a una decena de aspirantes y de allí saldrá la terna que irá al Senado. Pero si todo ya está pactado, ¿para qué tanto protocolo? En Colombia, las instituciones no siempre eligen: a veces solo simulan hacerlo. Y mientras tanto, los ungidos avanzan sin obstáculos, blindados por silencios cómplices y alianzas selladas con tinta y presupuesto.
¿Se declararán impedidos los siete "honorables" magistrados cuyos familiares fueron "premiados" con nombramientos y contratos por el posible ungido? ¿Meritocracia burlada?
¡Amanecerá y veremos!
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