Mientras la izquierda está rota en mil pedazos, con Ángela María denunciando las ninguneadas que sufrió en su paso por la Colombia Humana, y Robledo y Petro enfrascados en un odio perpetuo, Uribe, recluido en su casa en Rionegro, reacomoda sus piezas como ajedrecista experimentado y alista la partida a las presidenciales del próximo año. Ya sacó una lista previa, la baraja con la que pondrá a la gente a elegir el sucesor de Duque. El tarjetón de la Consulta del Centro Democrático tendrá las siguientes fotos: Dilian Francisca Toro, ex gobernadora del Valle y quien pasó a la historia por la manera entrañable con la que le puso la banda presidencial al del Ubérrimo en su segundo mandato, Alex Char, con mucha popularidad en la Costa -donde ponen muchísimos votos- pero no tan conocido en el resto del país, Marta Lucía Ramirez, un pucho apagado y el seguro ganador de la contienda, Federico Gutierrez.
El ex alcalde de Medellín es joven y guapo. Tiene la frescura y el acentico paisa que tanto acompleja y gusta al resto de los colombianos. Además, favorecido por un descomunal aparataje publicitario, salió de la alcaldía con unos desproporcionados índices de popularidad. Los medios lo ayudan, lo han posicionado y es por eso que, de los cuatro, es el más admirado en el país. Si Uribe se sacó de la manga a esa nulidad desconocida llamada Iván Duque ¿qué cosas no podrá hacer con el carisma y capacidad de trabajo de Fico?
No hay un producto más fácil de vender que Fico. Su apodo cabe en cualquier camiseta, en los memes que se viralizan en Facebook. Su saludo “¿bien o qué?” lo acerca a la gente, lo convierte en un amigo instantáneo. Entre los uribistas mas radicales, los que quieren que un general como Pinochet nos borre de pronto, Gutierrez es un madurista consumado pero Uribe, que le tiene medido el pulso como nadie a Colombia, sabe que representa un punto medio entre los extremos que gobiernan las redes sociales. Es como un Fajardo más joven y decidido. Es el candidato por el que podría votar mi mamá que es la electora promedio.
Y ganará las elecciones sin problema. Aunque falta mucho tiempo para las presidenciales, en este momento no tiene rival. Fajardo, ahogado en su incongruencia, se quedó estancado en el cuento del profesor al que nadie le puede entender un discurso. Petro se creyó que ocho millones de colombianos habíamos votar por sus brillantes ideas cuando lo único que hicimos fue votar contra el que puso Uribe. De su entraña no hay nadie con carisma y está tan desubicado que le ha dado juego a violentos barras bravas de redes como Levy Rincón. Es un egomaniaco que no acepta ni segundones. No es estratega, es tan sólo un líder brillante. La opción de los Verdes podría ser Juanita Goebertus pero nos moriríamos de sueño teniendo que escucharle un discurso. Esta es más tibia y farragosa que Fajardo. En cambio, me parece, que el gran contrapeso a Fico podría ser Alejandro Gaviria.
¿Hace cuanto no tenemos un sabio como presidente? ¿Lo hemos tenido alguna vez? El rector de Los Andes maneja las redes sociales como un hípster y tiene el carisma y sabe llegarle al sector de la población que podría dañarle la fiesta a Uribe: los jóvenes. Si, están hartos de los extremos y en este momento, entre la gente de 18 y 25 años, lo digo igual por pura especulación, Petro podría ganarle un pulso a Uribe. Pero los jóvenes no votarían por la imagen de Petro sino contra Uribe. Están hartos de un régimen que ya cumple 19 años. Uribe ha ganado cuatro de las últimas cinco elecciones. Gracias a las maromas del Ñoño y Musa, y a su infalible estrategia política, Santos lo venció en el 2014. Si Fajardo hubiera pasado a segunda vuelta le ganaba a Duque. Que no se llame a engaño Don Petro: no cuenta con 8 millones. A lo sumó le alcanzará para hacer los 2.600.000 que consiguió Carlos Gaviria en el 2016. La gente está harta de esa peleadera en Twitter. Se equivoca feo al creer que el mundo es la burbuja de Twitter. Así de grande tienen el ego los mamertos.
La única opción que tenemos los que estamos hartos de que Uribe gane siempre es que Fico no consiga la presidencia en primera vuelta. Si va a una segunda con Gaviria, y se logra convencer a los Verdes, a Robledo y a Petro de que apoyen al exministro se puede vencer al monstruo. Pero todo esto es suposición. Además ya sabemos que al máximo líder de la Colombia Humana le gusta que, si el no es el salvador, el barco se hunda. Como Uribe, se siente cómodo teniendo enemigos a quien echarle la culpa. La realidad es amarga: mientras la izquierda se enreda en sus luchas, él ya empezó la partida y sabe cuales serán sus próximos cuatro movimientos.
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