Antes
que del amor
hicieran
un cuento
iluminado
con la rosa
de pétalos
azules,
donde
la vida
liba miel
y el corazón
confunde
en sus aurículas
pasión y sentimiento,
ya habían
equivocado
en los concilios
la ciega ley
del paraíso
y el escándalo,
donde la piel
de la manzana
no es bocado
aunque su rojo
tentador
deslumbre,
donde
el mordisco
aconsejado
es solo
pintura,
ficción
irrealizable.
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