El caso del barrio La Macarena no es sencillo. Al norte limita con La Perseverancia, un barrio de clase trabajadora donde las autoridades hace décadas perdieron el control del orden. Al Suroriente, la Avenida Circunvalar le separa de La Paz, un barrio de invasión donde la prestación de servicios públicos es regular y la Policía ni quiera se anima a aparecer para ejercer 'soberanía'. Ambos sectores, con altos índices de pobreza, han registrado un aumento reciente en las actividades delictivas que internamente se presenta a modo de riñas y luchas de poder sobre el territorio y el tráfico de drogas, y hacia afuera se refleja en el aumento de hurtos en el sector de La Macarena y Las Aguas.
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