Por enésima vez los habitantes de El Bagre, una calurosa población ubicada en el Bajo Cauca antioqueño, en donde confluyen de manera pacífica los cauces de los destruidos ríos Nechí y Tigüí, presenciaron la marcha de más de un millar de personas, -entre ciudadanos del común, mineros, comerciantes y algunos patos desocupados– que de esta manera volvieron a sentar su posición frente a lo que ellos llaman los desafueros de las autoridades por la quema, en los últimos días, de más de 30 dragones que deambulan por esas aguas, y siete retroexcavadoras, pero esta vez lo que llamó la atención fue que, según lo señaló el vocero de la Mesa Minera del río Nechí, el abogado y expersonero de El Bagre, Francisco Arrieta Franco, el blanco de los incendios fueron los que se encontraban anclados en las orillas y como consecuencia de ella quedaron sin trabajo unas 450 personas, según los cálculos de la primera autoridad del municipio, el alcalde Marco Fidel Trespalacio Bulloso.
Lo de la protesta no fue novedad alguna porque desde hace más de una década estas se repiten, solo que esta vez, según la misma fuente, el hecho se produjo por fuera del polígono del amparo administrativo que tiene la empresa Mineros Aluvial S.A.S., y en el mismo salieron heridos por lo menos diez indígenas que para su defensa utilizaron los bastones de mando. Por fortuna, y a pesar de que se observó la intención de muchos de los que estuvieron en la marcha, de echar abajo la reja de la entrada a la empresa minera, resguardada, como siempre, por la tropa del batallón acantonado en la cabecera.
La discusión de fondo y que desde hace rato promueven los mineros, es encontrar una fórmula que desate esa especie de nudo gordiano en que se ha convertido la imposibilidad de allanar el camino hacia la formalización de los mineros, pese a los incontables encuentros que se han dado en esta dirección, de allí que una vez más y con el liderazgo y la convocatoria del alcalde de El Bagre, el docente Trespalacio Bulloso, el mismo lunes de la marcha se realizó un nuevo encuentro con la presencia de los seis alcaldes de la zona y otras autoridades, pero alguien que estuvo presente en la misma echó de menos que allí no hubiera estado un vocero de la principal empresa dueña del título minero que le fue otorgado desde los tiempos coloniales cuando era España la que tenía la última palabra en esta materia.
El también expersonero de esa municipalidad, José Gabriel Navarro Ramírez, reaccionó ante la marcha a través de un escrito del que tomamos algunos apartes.
“Solo cuando el pueblo de El Bagre se levantó en un paro cívico en contra de la Empresa Mineros de Antioquia, logro nimiedades, como la devolución de terrenos que permitieran la evolución social del recién nacido Municipio. Nada ha sido regalado, todo ha sido luchado, y cada día está más cerca la más grande de las reivindicaciones de derechos, tanto los Derechos del río Nechí, como los Derechos de los nativos, quienes fueron los primeros pobladores”.
“El Bajo Nechí está constituido por 4 municipios de los 6 del Bajo Cauca, solo uno se levantó hoy, El Bagre, y allí se movilizaron más de 3.000 personas, y lo hicieron con las vísceras afuera, pero en paz, sentando el precedente”.
“Llegó el momento en el que la dirigencia empresarial, que se aloja en el Alto de los Campamentos de la Empresa, deba tomar decisiones frente a las más de 30.000 hectáreas de tierras sobre las que tienen títulos y no exploran ni explotan, más sí ejercen la solicitud de amparos Mineros, exclusivamente para lograr tener el argumento que le impida la expiración del título por inactividad de más de 12 meses”.-
“El pueblo Minero está ardido, y no come de calentado, siempre se tuvo claro que los operativos eran invitados por la empresa, pero el Pueblo nunca se había atrevido siquiera a llegar a sus instalaciones a manifestarse, sin embargo, este miedo ha ido desescalando, y en el Paro Minero del 2013 las manifestaciones fueron en las afueras de la Empresa, y en el del 2022 les instalaron guayas sobre el río Nechí y les impidieron la operación”.
“Lo preocupante hoy, es que los paros Mineros de años anteriores no tenían el antecedente de más de 30 entables quemados, de la que se benefician más de 5.000 personas de forma directa, sin contar con la generalidad, lo sucedido en esto últimos días es gasolina para quienes ya no le temen a lo que puedan pensar los gerentes en sus oficinas de El Poblado en la ciudad de Medellín”. Hasta aquí los apartes del escrito del abogado Navarro Ramírez.-
Por ahora la situación depende de las conclusiones de una reunión convocada para mañana miércoles 9 de julio en la sede de Corantioquia en Medellín y de paso recordamos la frase de un expresidente de la República: “Si no se dan las cosas por las buenas, se tendrán que entregar por las malas”. Esperamos que no lleguemos a ese punto.
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