Simón Mesa Soto es alto, tiene cabello prominente y un bigote poblado. Cuando tenía solo 28 años ganó el premio Palma de Oro en la edición número 67 del Festival de Cannes por su cortometraje “Leidi”, en 2014. Once años después es el director de “Un Poeta” cinta colombo - alemana que ganó el premio “Una Cierta Mirada” en el mismo festival. Para algunos Simón podría ser el ejemplo de éxito, pero él no lo ve así. Para él, el protagonista de “Un Poeta” es un reflejo de sí mismo.
El personaje de la pélicula es Óscar Restrepo, un hombre bajito, encorvado, de mediana edad y a todas luces, un fracasado. Le dice a cada persona que conoce que es un poeta, aunque los únicos libros que publicó tienen más de diez años de antigüedad. Restrepo vive en Medellín con su madre, quien lo mantiene desde tiempos inmemoriales.
Para Mesa la frustración del personaje es igual a la suya: vivir del arte en un país como Colombia.“Es frustrante entender que el proceso artístico es difícil y, sobre todo, que vivir del arte en Colombia es un privilegio. Yo vengo de una clase trabajadora paisa muy normalita, ando en bus y a pie, no tengo mayores privilegios. En mi caso, hacer cine es pura obstinación, terquedad, paciencia y obsesión, porque es muy fácil desertar. Yo estaba predestinado a ser un desempleado, porque primero quise ser músico antes de meterme al cine”, dijo en una entrevista para la revista Bocas.
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Su obstinación no fue en vano. Luego de estudiar Comunicación Audiovisual en la Universidad de Antioquia (misma alma mater del protagonista) y realizar su maestría en Dirección Cinematográfica en la Escuela de Cine de Londres, hizo el cortometraje que lo llevaría a su primer Festival de Cannes, no solo como director, si no como ganador del premio máximo en la categoría de cortometrajes.
En el año 2021, cinco años después de aquel logro, estrenaría su primera película. “Amparo”, la historia que sigue a la madre de Elías, un joven que acaba de cumplir la mayoría de edad y es reclutado por las batidas del Ejército Nacional en pleno auge del conflicto armado y la guerra contra el narcotráfico. Amparo, la protagonista, al enterarse que su hijo está a punto de enlistarse en las fuerzas armadas, emprende una búsqueda exhaustiva para salvarlo de aquel destino.
Esa primera película se llevó varias premios en festivales de todo el mundo como el de Chicago, Lima y Punta del Este, además de obtener nominaciones en San Sebastián, Jerusalén, Miami y Pingyao. Sin embargo, los retrasos en la filmación y el estreno por la llegada de la pandemia del Covid-19 al país, lo desanimó. Fue en ese momento de oscuridad que se inspiró para construir el personaje de Óscar. Así lo explicó para el mismo medio.
En algún momento Óscar pensó en abandonar el cine y quedarse solamente como profesor de la Universidad de Antioquia, donde enseñaba Edición cinematográfica. Cuando contemplaba esa idea, le llegaron a su memoria algunos profesores que había tenido en la universidad: tipos que habían alcanzado su clímax artístico en la Medellín de los ochenta y noventa, cuando la ciudad tenía un fácil acceso a la bohemia. Muchos de esos hombres quedaron atrapados en la red de las drogas y la demencia, víctimas de una bohemia que parecía calcada del cliché del artista. Eran los profes que entraban tarde al salón, con la camisa arrugada y a veces con golpes en la cara que evidenciaban el nivel de la rumba anterior. De ellos, de ese lugar común que parecía el borde de la ruina, salió la inspiración para darle vida al personaje de Óscar, el protagonista de la película que hoy tiene al mundo hablando de Óscar Mesa.
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Y es que si algo es el poeta, además de fracasado, es un borracho, errático y desdichado. Los premios que recibió en su juventud por el talento literario que emanaba y su carrera como historiador y profesor universitario, no le son útiles a su mediana edad. Hasta que un día, luego de conseguir un trabajo como docente de bachillerato bajo la amenaza de ser expulsado de su hogar, su vida da un giro inesperado al conocer a Yurlady, una adolescente con un talento innato por la escritura. Óscar ve en ella un potencial listo para ser explotado y emprende un plan para introducir a la joven en el camino de los poetas malditos, sin imaginar que no es la mejor idea.
Momentos después de recibir una ovación en el Festival de Cannes, Mesa describió la película como una forma de reírse de sus desilusiones, una forma de hacer punk, algo hermoso y bello a la vez. Su definición no es para menos. “Un Poeta” es un drama y la vez una comedia que se burla de la precariedad, hace una crítica a la desigualdad y retrata la belleza de las pequeñas victorias. Una historia llena de emociones, curvas y matices.
El retrato es tan sólido que en su primer fin de semana en las salas de cine, ya suma más de 31.000 espectadores, coronándose como el estreno del pasado 28 de agosto con mayor asistencia, compitiendo contra diez películas.
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