Mientras Duque y sus tecnócratas televisan el combate contra la pandemia, por detrás hay una mafia dedicada a investigar y perseguir a todo lo que no huela a duquismo, los restos del uribismo
Sin esperar a que Merlano lo exculpe, sería un suicidio para la democracia colombiana ver a la cabeza de su Congreso alguien involucrado en uno de los mayores escándalos políticos