No es el único lugar donde se juega Pai Gow en Bogotá, cuya creciente comunidad de casi 30 mil chinos, la mayoría bien pagos, ya proyectan su propio Chinatown
¿Pasamos de la omnipotencia del libre mercado al ejercicio frentero del poder por el poder mismo, cuya herramienta elemental es el terror, la fuerza y la violencia?