Como en el Imperio romano los corruptos aquí son minoría, se degeneran, embrutecen, pierden su tinte aristocrático, se mezclan, se traicionan y se destruyen
En el papel, UniAtlántico está acreditada, pero ni papel higiénico tiene en sus baños. Una visita les quitará las ganas de dejar que sus hijos entren a estudiar aquí
El novelista Oscar Seidel nos muestra la decadencia, descomposición y la casi extinción de todo un pueblo. Hay un olor desagradable, el olor de la corrupción
En 2015 se anunció la construcción de esta sede en Sahagún. Desde ese año han sido más los dolores de cabeza que la dicha de la regionalización del claustro
el avispao de la familia rompe las barreras; y este ser, mimado por la fortuna y por las oportunidades, acaba cayendo en el delito como vivir cotidiano
Ocurren asesinatos y masacres y nunca se cumple la detestable muletilla burocrática de «investigar hasta las últimas consecuencias». La sangre no vale nada.