Llegó Simón a la sede del partido y pregunto: ¿Cuánto pagan por el voto? -Cinco mil pesos- contestó un hombre con espejuelos de plata y cabellos blancos
El hombre sabe en el fondo quién es, qué siente y cómo actúa. Tal vez un cínico al no saberse como un "desgraciado". Un microcuento del escritor Manuel Mejía G.