Recientemente, Estados Unidos ha movilizado una flota militar cerca de las costas venezolanas, una operación que ha generado más dudas que certezas. Aunque Washington la justifica como un esfuerzo para combatir el narcotráfico, los detalles de la misión dejan entrever otros posibles objetivos.
"La composición de la flota no concuerda con operaciones antinarcóticos". Expertos señalan que el despliegue incluye marines especializados en operaciones anfibias y misiles, herramientas que no parecen ser necesarias en una misión de control de drogas, ya que las principales rutas de narcotráfico pasan por el Pacífico y no por el Caribe, donde se encuentran las fuerzas estadounidenses.
El gobierno de Trump ha señalado al Cartel de los Soles como un grupo terrorista, y ha colocado una recompensa de 50 millones de dólares por capturar a Nicolás Maduro. ¿Se trata de un intento de presión sobre el régimen venezolano o una jugada estratégica en la política interna de EE.UU.? Algunos analistas apuntan a que el despliegue podría estar vinculado a la necesidad de Trump de recuperar apoyo entre los votantes latinos en Florida, clave para las elecciones de 2026.
A pesar de las tensiones, el subsecretario de Estado, Christopher Landau, ha descartado una intervención militar directa. "Trump busca el Nobel de la Paz", afirman algunos expertos, sugiriendo que una guerra abierta contradice la imagen de pacificador que el presidente pretende proyectar.
En Venezuela, el gobierno de Maduro ha aprovechado este despliegue militar para fortalecer su discurso antiimperialista, un mensaje que resuena en un país donde la oposición está cada vez más arrinconada tras las represiones posteriores a las elecciones del 28 de julio.
"Las maniobras militares de EE.UU. podrían responder más a cálculos electorales internos que a una presión real sobre Maduro."
También le puede interesar:
Anuncios.
Anuncios.