A raíz de la discusión y el alboroto que se armó, más bien que formó el presidente poniendo como director del Centro Nacional de Memoria Histórica al profesor Darío Acevedo, un reconocido tergiversador del más delicado y duro capítulo de la historia de nuestro país, que niega que haya existido el conflicto armado interno, algún rebuscador de sus rastros encontró en Las2orillas una carta dizque encabezada y enviada con y en mi nombre titulada En defensa de Darío Acevedo y la Libertad de expresión. La misma, sé ahora, fue publicada en El Espectador y en la web de Naciones Unidas Derechos Humanos. Rechazo la tal carta, el abuso con mi nombre y el perverso nombramiento.
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